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Monday, May 25, 2015

PORQUE CELEBRAMOS MEMORIAL DAY O DIA DE LOS CAIDOS EN EE.UU.


Memorial Day o el Día de los Caídos es un feriado de Estados Unidos en homenaje a los soldados estadounidenses muertos en combate. Se celebra oficialmente el último lunes de mayo desde 1971.

Para muchos historiadores es difícil precisar el momento en que se celebró esta fecha por primera vez, que originalmente se llamó Día de la Decoración, porque se decoraban las tumbas de los soldados. Se calcula que hay una veintena de ciudades que reclamaban haber inaugurado la fecha, inclusive antes del fin de la Guerra Civil, cuando mujeres del sur decoraban las tumbas de los militares caídos en combate.

Oficialmente, el lugar de nacimiento del Día de los Caídos es Waterloo, Nueva York, por decisión del presidente Lyndon B. Johnson, desde mayo de 1966. La fecha en sí fue proclamada el 5 de mayo de 1868 por el general John Logan, comandante nacional del Gran Ejército de la República, y se conmemoró por primera vez el 30 de mayo de ese mismo año. Ese día se colocaron flores en las tumbas de soldados de la Unión y de los Confederados, en el Cementerio Nacional de Arlington.

El primer estado en reconocer la fecha como feriado fue Nueva York, en 1873. Hacia 1890 todos los estados del norte reconocían el feriado, pero los del sur se negaron a hacerlo y mantuvieron sus propias fechas hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. A partir de ese momento, el Día de los Caídos dejó de ser una fecha sólo para recordar a los muertos de la Guerra Civil y se convirtió en un feriado para los soldados caídos en todas las guerras.

En 1971 el Congreso de Estados Unidos aprobó el Acta Nacional de Feriados. Fue el momento en que se decidió que el Día de los Caídos se conmemoraría el último lunes de mayo, con un fin de semana de tres días de duelo.

Sin embargo, los estados del sur mantienen diferentes fechas para recordar a sus caídos durante la Guerra Civil. En Texas se realiza el homenaje el 19 de enero; en Alabama, Florida, Georgia y Misisipi el 26 de abril; en Carolina del sur el 10 de mayo, y en Luisiana y Tenesí el 3 de junio.

La fecha cobró un significado especial a partir de la Segunda Guerra Mundial, en la que murieron 400 mil soldados estadounidenses entre 1941 y 1945, durante los enfrentamientos con los ejércitos de Alemania, Italia y Japón. Más de 100 mil murieron en la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918. En la guerra de Corea murieron poco más de 33 mil militares de Estados Unidos, a principios de la década de los 50. En la cruenta guerra de Vietnan, de nueve años de duración entre 1966 y 1975, murieron 58 mil soldados norteamericanos. En la guerra de Irak han muerto poco más de cuatro mil soldados de Estados Unidos desde 2003. Más de 500 han muerto en Afganistán desde 2002.

 En Estados Unidos, aun los que se oponen a las guerras rinden homenaje a los soldados caídos en combate. En el Cementerio Nacional de Arlington hay más de 300 mil soldados sepultados. También hay un monumento al soldado desconocido.

Hispanos en las Guerras de Estados Unidos

El joven José Antonio Gutiérrez era un niño de la calle en su natal Guatemala, pero un día atravesó dos fronteras internacionales y llegó a Los Angeles como indocumentado, cuando apenas tenía 10 años de edad. Creció en el seno de una familia adoptiva y cuando alcanzó la mayoría de edad, se enroló en el Ejército de Estados Unidos.

Fue el primer soldado en morir en los campos de batalla de Irak. Tenía sólo 22 años. Cayó en combate el 21 de marzo de 2003 mientras trataba de tomar un punto importante del puerto de Umm Qasr, que luego de su muerte sirvió como puente de entrada de la ayuda humanitaria.

Su vida fue llevada al cine por la realizadora Heidi Specogna en un documental titulado La corta vida de José Antonio Gutiérrez. El filme se estrenó en el festival de Sundance en 2006, participó en otros muchos festivales internacionales y en el Festival de Cine Latino de San Diego ganó el premio Fox Azteca Borders.

Gutiérrez fue sólo el primero que cayó en combate en la larga guerra de Irak. Del sur de California cayeron también los jóvenes mexicanos José A. Garibay y Jesús Suárez del Solar, entre otros, mientras que el soldado de la misma nacionalidad Guadalupe Denogean, herido en combate, fue nacionalizado estadounidense por el propio presidente George W. Bush, en una ceremonia especial.

Otros jóvenes, como Edgar Hernández, también mexicano, estuvieron entre los prisioneros de guerra en manos de fuerzas leales a Saddam Hussein, pero fueron rescatados. La norteamericana de origen panameño Shoshana Johnson estuvo entre aquellos prisioneros, y durante la apoteósica llegada a Texas del grupo de siete prisioneros, ella enarboló las banderas de Estados Unidos y Panamá. Era sólo el comienzo de la guerra.

Según el Pentágono, 24.188 soldados hispanos estaban combatiendo en Irak y Afganistán hacia julio de 2007. Se calcula que hasta esa fecha habían muerto 369 hispanos, de acuerdo con un estudio del grupo Latino Leadership Link, afiliado al Caucus Demócrata del Congreso.

El general Ricardo Sánchez, de origen mexicano, estuvo al frente de las operaciones en Irak en los momentos más difíciles de la guerra.

A finales de 2013, aproximadamente un millón de soldados hispanos son parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y más de un millón son veteranos de varias guerras.

En las celebraciones por el Día de los Veteranos en 2013, el coronel Ricardo Morales, director de Joining Forces (Fuerzas Unidas), un proyecto de la primera dama Michelle Obama y de la esposa del vicepresidente, Jill Biden, dijo que "los hispanos han servido en todas las guerras desde la fundación de nuestro país".

Participación en Todas las Guerras

Hay en estos momentos un millón 138.179 veteranos latinos vivos, de todas las guerras, de acuerdo con cifras recientes de la Oficina del Censo del Departamento de Comercio de Estados Unidos. Según el Departamento de Defensa, los latinos son el grupo étnico que ha recibido más medallas Corazón Púrpura, la máxima condecoración de las Fuerzas Armadas norteamericanas.

La historia de la participación hispana en las contiendas militares de Estados Unidos es muy antigua. Hombres de varias nacionalidades combatieron en la Revolución Americana del siglo XVIII para lograr la independencia. Uno de los más destacados fue el español Bernardo de Gálvez, el llamado Héroe de Pensacola (Florida).

Mucho tiempo después, durante la Segunda Guerra Mundial, medio millón de hispanos estuvieron en el frente, más de nueve mil murieron, 11 recibieron la Medalla de Honor del Congreso. Con el tiempo se supo que uno de los sobrevivientes, Guy "Gabby" Gabaldón, mexicano, capturó a más de 100 enemigos el verano de 1944. Se cree que ningún otro soldado ha logrado esta hazaña en una guerra. Estados Unidos y sus aliados doblegaron al régimen nazi de Adolfo Hitler, dictador de Alemania, a los soldados del dictador italiano Benito Musolini, y a los japoneses que servían al emperador Hiroito, a un costo de 400 mil muertos.

Durante la guerra de Corea, a principios de la década de los 50, el regimiento 65 de Infantería, formado por puertorriqueños, se enfrentó al enemigo en nueve batallas importantes y capturó a más de dos mil enemigos. Cuatro de estos infantes recibieron la Cruz de Servicio Distinguido y 124 fueron condecorados con Estrellas de Plata. En aquella guerra murieron 300 latinos, y ocho recibieron la Medalla de Honor del Congreso.

La guerra de Vietnam, que se desarrollo intensamente entre 1966 y 1975, fue otro momento crítico para los soldados hispanos de Estados Unidos. Más de 80 mil de ellos fueron a los campos de batalla. Uno de cada tres soldados heridos y uno de cada cinco muertos eran latinos. Cincuenta y ocho mil jóvenes norteamericanos murieron en aquella guerra. El mexicano Everett Alvarez fue el primer prisionero de guerra. Pasó más de ocho años en manos de los vietnamitas, por lo que ha sido el prisionero de guerra detenido más tiempo en toda la historia militar de Estados Unidos. El sargento mayor Juan J. Valdez fue el último soldado evacuado de Vietnam. Salió en helicóptero de la embajada norteamericana en Saigón el 30 de abril de 1975, cuando las fuerzas comunistas estaban a punto de tomar la capital de Vietnam del Sur.

Uno de los casos más destacados de la participación hispana en contiendas militares fue la de Félix Rodríguez, agente de la CIA de origen cubano, quien sirvió de enlace en la captura de Ernesto "Che" Guevara en Bolivia, en octubre de 1967. Tras la rendición del guerrillero argentino, Rodríguez y la CIA intentaron trasladar al Che vivo al Canal de Panamá, pero el dictador boliviano René Barrientos se opuso, y ordenó la ejecución del líder comunista.

Otro hispano que ocupó un lugar importante en las fuerzas armadas norteamericanas fue el general Erneido Oliva, también cubano, quien se retiró en la década de los 90 cuando ocupaba el cargo de jefe de la Guardia Nacional de Washington D.C. Había combatido en Vietnam y en su juventud, antes de enrolarse en el ejército norteamericano, fue el segundo jefe de la histórica expedición militar a Bahía de Cochinos, en abril de 1961. Mil 200 exiliados cubanos coordinados por la CIA participaron en aquel fallido intento por derrocar al régimen de Fidel Castro. Para esa fecha, Castro ya había forjado una alianza decisiva con la Unión Soviética, potencia comunista que respaldaría a Cuba en lo económico, político y militar hasta su desintegración como país en 1991.