La asistencia de la agrupación –también conocida como la “Universidad de la Salsa” y “Los Mulatos del Sabor”– era incierta, pues regresó ayer mismo de Panamá, donde tenía una presentación musical. Por otro lado, Pérez y el conjunto se habían distanciado en los últimos tiempos.
Rafael Ithier, director y creador de El Gran Combo –quien cantó Moliendo café en la iglesia, arrancando los aplausos de los presentes– aseguró que para él y la agrupación era muy importante presentarse en los actos fúnebres, cosa que pudieron hacer porque su vuelo de Panamá a Puerto Rico se adelantó. “Eddie y yo estuvimos casi 58 años juntos y yo entendía que yo tenía derecho a despedirlo”, manifestó.
“Sabemos que ha habido ciertas fricciones, pero nosotros, como compañeros, teníamos que estar. Van a decir todo lo que les dé la gana y a mí no me importa lo que digan”, afirmó el director musical, al tiempo que describió a Pérez como un “buen compañero, un buen músico y un tipo alegre”.
Familiares, amigos y excompañeros de música despidieron a quien fuera el saxofonista y uno de los miembros fundadores de El Gran Combo de Puerto Rico.
“No entiendo que le haya hecho daño a nadie, por lo menos a mí, no me hizo ninguno. Estas no son horas de criticar a nadie. Es sencillamente estar con una persona que uno apreció. Definitivamente, ni él pudo ser tan malo ni yo pude ser tan malo como para soportarlo 58 años”, expuso y aseguró: “Nosotros estamos aquí sencillamente porque quisimos venir, no porque nos invitaron”.
Un miembro de la prensa exhortó a Ithier a que le ofreciera el pésame a la viuda, cosa que no ocurrió. “¿Tengo yo que acercarme? Yo no soy enemigo de nadie. ¿Por qué tenemos que ser nosotros?”, cuestionó el legendario músico.
Cuando este medio le preguntó a la viuda, Enid Collazo, si se sintió sorprendida por la presencia de la orquesta en los actos, ella contestó que “no, en lo absoluto”. “Mi marido los consideró sus hermanos y yo me alegro. Ellos no vienen aquí a verme a mí; vienen a ver a su hermano”, destacó.
Al preguntarle si el grupo le ofreció el pésame, Collazo respondió: “Tú estabas allí. No voy a contestar”.
Por su parte, el hijo de “la Bala”, Eddie Pérez Morales, se sintió “más que agradecido” por la presencia de los integrantes del grupo, a quienes considera sus “tíos” y, aunque no le dieron las condolencias, sostuvo que “de corazón, yo sé que ellos están con nosotros”.
A principios de año, Pérez anunció públicamente a través de una carta que había sido despedido de El Gran Combo. El músico presentó una demanda contra Rafael Ithier, director; Willie Sotelo, director artístico; y Luis Maldonado, tesorero de la orquesta, por incumplimiento de contrato, despido injustificado y daños a su reputación y buen nombre y angustias.
Una fiesta salsera
La parroquia santurcina no tuvo una tarde típica. El coro eclesiástico fue sustituido por melodías salseras interpretadas por un grupo de músicos de la Big Band de la Fundación Arturo Somohano bajo la dirección de Elías Lopés, quien presentó temas como Quítate de la via, perico , Mataron al negro bembón, El incomprendido, Que cante mi gente y El Cantante, entre otros, sin demasiada presencia de lágrimas.
Probablemente, el momento más dramático de los actos fue la interpretación del tema Cuando un amigo se va por parte de Andy Montañez, quien también fue integrante del Gran Combo.
En un aparte con Primera Hora, “el Niño de Trastalleres” comentó que se siente “triste” con la muerte. “En el 1962, cuando empecé con El Gran Combo, nació una amistad que se convirtió con el tiempo en hermandad. Sus hijos y su familia son mi familia y mis sobrinos”, compartió.
En dos pantallas de la parroquia se proyectaron imágenes de la vida y obra del talentoso músico, además de una foto y una pintura de este.
Hoy, el músico cumpliría 78 años de edad y la viuda explicó que pospuso el entierro para que coincidiera con la ocasión.
A pesar de la fortaleza emocional de Collazo, entre lágrimas describió este momento como “horrible... fuerte, fuerte, fuerte”.
La misa de recordación fue ofrecida por el padre Nicolás “Colacho” Navarro, quien resaltó ante los feligreses la humildad y alegría de Pérez, quien falleció el pasado viernes, 9 de agosto, a consecuencia de una sepsis en el Hospital de Área de Manatí.
El encargado del protocolo fúnebre fue el empresario musical Richie Viera.
Destacan sus valores
Sus hermanas, Lizette y Maritza Pérez, además de destacar la bondad y valores del músico santurcino, lo describieron como un “hermano-padre”.
“Vine al mundo cuando él tenia casi 17 años de edad”, afirmó Maritza, quien, entre lágrimas, comentó que “era un hombre excepcional y nosotros lo conocemos como nuestro hermano-papá”.
Su hijo, Eddie, señaló la humildad de su progenitor. “Yo quisiera que mi papá se recuerde como el gran ser humano que fue, una persona humilde que supo manejar el éxito que tuvo por medio de su trabajo y el de su saxofón”, aseguró.
Por su parte, su hija, Mariel, ahogada en llanto, describió este momento como “superdoloroso”. La joven está embarazada y su hijo no tendrá la dicha de conocer a su abuelito.
