Martín Getsemany Sánchez, uno de los 43 estudiantes que este sábado cumplen un año de desaparecidos, es un buen bailador, con talento para jugar fútbol y lleva 12 meses sin besar a su novia Flor, según el libro "La travesía de las tortugas", que reúne los perfiles de los jóvenes de la escuela de Ayotzinapa.
Se trata de una obra escrita por 43 periodistas encargados de hacer un perfil humano por cada estudiante, que utiliza siempre el tiempo presente como un mensaje de no aceptación de la versión del Gobierno, según la cual los jóvenes fueron asesinados e incinerados en un basurero.
"Es un hombre alegre, parte de una familia de ocho hermanos; dejó los estudios de Administración y luego empezó a prepararse para ser maestro", explica a Efe la reportera Mónica Ocampo, a quien le tocó contar la historia de Martín en el libro ideado por su colega José Luis Tapia.
"La travesía de las tortugas" es uno de los muchos homenajes realizados a los 43 de Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en obras literarias, musicales y de artes plásticas.
Entre los libros están "Ayotzinapa, la rabia y la esperanza", de Roberto González, quien analiza cómo operan las fuerzas oscuras del Estado, y "Los 43 de Iguala, verdad y reto de los estudiantes desaparecidos", de Sergio González.
La herida abierta en la sociedad mexicana desde el 26 de septiembre de 2014, cuando los jóvenes fueron detenidos en Iguala por policías corruptos, es el centro de obras como una antología digital de 43 poetas de México, EE.UU., Argentina, Uruguay y España, que alude en sus versos a la ausencia de los futuros maestros.
Una larga lista de escritores, entre ellos Elena Poniatowska, Juan Villoro, Pedro Ángel Palou, Guadalupe Nettel y Paco Ignacio Taibo, han levantado la voz para repudiar la impunidad y exigir justicia por lo ocurrido en esa trágica noche.
El Museo de la Memoria Indómita inauguró una exposición fotográfica, que refleja el ambiente de la escuela normal y condena los hechos, contó a Efe el artista gráfico Christian Palma, quien aportó cinco imágenes para la muestra.
En todos los estados del país las manifestaciones culturales han sido un vehículo de solidaridad de los 43 normalistas y su familia; en Zihuatanejo, Guerrero, once artistas presentaron cuadros en los que reflejan la violencia registrada el 26 de septiembre contra los jóvenes.
La exposición "Carteles por Ayotzinapa", con imágenes de los estudiantes, fue de lo más contundente en la Bienal del Cartel de Oaxaca, mientras que en Londres artistas mexicanos presentaron este mes 43 piezas en el Bargehouse de la Torre Oxo.
El festival internacional Vive Latino tuvo uno de sus instantes más emocionantes en la presentación del grupo Caifanes, cuyo vocalista Saúl Hernández pidió 43 segundos de silencio en homenaje a los estudiantes.
Caifanes cantó "Antes de que nos olviden", una canción del 2012, utilizada ahora por el conocido grupo para manifestarse contra la violencia y unirse a la petición de que regresen con vida a los jóvenes.
Otra obra musical sobre el tema es "La patria madrina", de Lila Downs con el colombiano Juanes, en cuyo final la mexicana repite ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, frase repetida por los familiares de los estudiantes en sus actos de protesta.
Corridos, raps y números de otros géneros fueron creados en distintos lugares de la nación y muchos otros divulgados en las redes sociales en las que han sido constantes los llamados de solidaridad con los jóvenes.
La masacre estudiantil del "2 de octubre no se olvida cuarenta y seis años después, 26 de septiembre tampoco: nos faltan cuarenta y tres. Ayotzinapa, ¿nuevo sesenta y ocho?", se pregunta uno de los 43 poemas por los hechos de hace un año.
