El pianista puertorriqueño José Lugo, ganador de ocho premios Grammy y quien fue miembro de la orquesta del reconocido bajista boricua Bobby Valentín, falleció hoy a sus 56 años de cáncer, confirmó su familia en un comunicado de prensa.
Según detalló en el texto Josema Lugo, hijo del fenecido músico y también farmacéutico, su progenitor, quien también trabajó junto al cantante puertorriqueño Gilberto Santa Rosa, fue un "luchador incansable que batalló por su vida hasta el último minuto".
"Su orquesta Guasábara Combo estará vigente en sus corazones y continuará llevando su nombre en alto por siempre", resaltó Josema Lugo, al tiempo que informó que próximamente ofrecerán más información sobre los actos de sepelio de su padre.
Igualmente, varios músicos colegas de Lugo, entre ellos, Santa Rosa y el batería boricua Henry Cole, expresaron sus condolencias en las redes sociales.
"La familia musical se despertó esta mañana con la triste noticia del fallecimiento del maestro José Lugo", expresó Santa Rosa en su cuenta de Twitter.
"Mi más profundo pésame para su familia. Mis oraciones para el descanso eterno de su alma, y mi agradecimiento por su gran aportación a mi carrera. Descansa en paz, 'Lugüito'", agregó "El caballero de la salsa", con quien trabajó Lugo algunos de sus temas más conocidos.
Cole, por su parte, dijo que hacía "mucho tiempo que no sentía esta tristeza" tras la partida de Lugo, quien en el año 2011 ayudó en la producción del especial navideño del Banco Popular de Puerto Rico, "Sonó, sonó... Tite Curet", en honor al fenecido compositor puertorriqueño.
"Lugo, un inmortal de nuestra música y fuente infinita de inspiración. Gracias por tu legado y por todo el que vendré por consecuencia de este", añadió Cole.
Bajo su orquesta, Guasábara Combo, Lugo publicó cuatro discos, entre ellos, "Piano con mata" (2004), "Guasábara" (2008), "Poetic Justice" (2011) y "Dónde están" (2016).
En la producción de "Guasábara" -que significa el grito de guerra, el ataque imprevisto, la batalla, para los indios taínos en Puerto Rico-, participaron los salseros Santa Rosa, Víctor Manuelle, Cano Estremera, Herman Olivera y el cubano Isaac Delgado.
"Este es el mayor logro en mi vida. Compartir con los compañeros que más estimo, es increíble", expresó Lugo a Efe en aquel entonces.
En el "¡Sonó, sonó... Tite Curet!", Lugo trabajó junto a Omar Silva y Ricardo Pons en la producción, donde participaron artistas como Cheo Feliciano, Rubén Blades, Andy Montañez, Calle 13, Tego Calderón, entre otros, quienes interpretaron algunos de los temas más emblemáticos de Curet Alonso.
Otros artistas que se destacan en el álbum son los salseros Lalo Rodríguez y Roberto Roena, la venezolana Trina Medina, el grupo colombiano La 33, la banda de reggae Cultura Profética, la orquesta de salsa La PVC, Viento de Agua, Yuba Iré, Yerbabuena, Danny Rivera y Michael Stuart.
Algunos de los temas que se incluyen en el álbum son "Vale más un guaguancó", por Blades; "Barrunto", por Feliciano; "Sobre una tumba humilde", por Rodríguez; "Marejada feliz", por La 33; "Mi triste
problema", por Rivera; "Con los pobres estoy", por Calderón, y "Sorongo", a cargo de Calle 13 junto a Seun Kuti y Sammy Tanco.
Montañez, por su parte, grabó "Esto es el guaguancó"; Roena junto a su agrupación el Apollo Sound y el trompetista Jerry Medina reprodujeron "De todos maneras rosas"; Trina Medina canta "Lamento de Concepción", y el grupo de salsa La PVC junto a Ismaelito Rivera, Fe Cortijo y Rafy Cortijo interpretan "Pa' los caseríos".
EL RINCON CALIENTE 5-5-2016 - Felicidades MaMa!
Monday, June 13, 2016
EL SINDROME VIP ES EL QUE PONE EN RIESGO A NUESTRAS CELEBRIDADES
Pasó con Prince y Michael Jackson: Algunos médicos ponen a un lado el buen cuidado de la salud en aras de complacer caprichos de celebridades.
Un médico entregó los resultados de una prueba en la casa de Prince. Otro facultativo envió a su hijo, que no era médico, en un vuelo desde la otra punta del país para llevarle medicamentos a la estrella de la música.
No está claro si algún médico podría haber evitado la sobredosis de fentanilo que mató al cantante en abril, pero su fallecimiento podría ofrecer pruebas sobre cómo el trato especial que suele ofrecerse a las personas adineradas y famosas puede resultar en una atención sanitaria peor a la que recibe la media de los estadounidenses.
Es un patrón que aparece identificado en la literatura médica por primera vez en 1964 y que tiene un nombre: "Síndrome VIP".
Expertos coinciden en que los médicos que trataron a Michael Jackson y Joan Rivers perdieron la perspectiva y cometieron errores letales cegados por la fama de sus clientes. Eleanor Roosevelt es otro ejemplo.
"Se levantaron una serie de banderas rojas ", dijo el médico Robert Klitzman, que dirige el programa de maestría en bioética de la Universidad de Columbia. "Prince era uno de los músicos vivos más ricos. ¿Recibió la atención adecuada? El Síndrome VIP podría haber tenido un papel".
Descrito por primera vez por el médico Walter Weintraub de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en un estudio de 1964, el Síndrome VIP sirve para designar los casos en los que la influencia de los adinerados y el halo de la fama pueden hacer que los doctores se adentren en terrenos peligrosos al ceder a las demandas de una estrella o de su entorno.
Las estrellas pueden rechazar asesoramiento médico o demandar tratamientos no efectivos o perjudiciales. Y médicos en esta situación podrían pedir pruebas innecesarias o insuficientes. Los administradores de hospital podrían entrometerse en decisiones si el paciente es un donante potencial.
El médico personal de Jackson, Conrad Murray, pasó dos años en prisión tras su condena por homicidio involuntario por la muerte del "Rey del Pop" en 2009. Jackson había solicitado un anestésico quirúrgico, propofol, para conciliar el sueño, llamándolo su "leche", según testimonios en juicio. La fiscalía dijo que Murray le proporcionó la sustancia y no percibió cuándo Jackson dejó de respirar.
Al parecer, el afán de agradar llevó a Murray más allá de los límites de un tratamiento razonable, dijo Stephen Dinwiddie, médico de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Otro médico tomó con un celular una foto de Joan Rivers en la mesa de operaciones, según un reciente acuerdo judicial para cerrar una demanda por negligencia. Es un claro síntoma de juicio nublado, apuntó Dinwiddie.
La familia de la comediante aceptó una cifra sin desvelar para resolver una denuncia por su fallecimiento tras una endoscopia rutinaria en 2014. La familia alegó que los doctores realizaron un procedimiento médico no autorizado y no actuaron cuando los signos vitales de Rivers se deterioraron.
Eleanor Roosevelt podría haber sido mal diagnosticada por el mismo síndrome, apuntó el doctor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Barron Lerner, quien publicó un estudio basado en la revisión de su historial médico.
La primera dama estadounidense falleció en 1962 por una tuberculosis que podría haberse detectado antes si hubiera sido sometido a una biopsia de médula ósea a tiempo, explicó. En su lugar, se le diagnosticó erróneamente una anemia aplasica y fue tratada con esteroides, lo que podría haber reducido la capacidad de su cuerpo para luchar contra la infección.
"Había muchos médicos involucrados y ninguno estaba específicamente al cargo", dijo Lerner citando uno de los puntos clave del Síndrome VIP. "Era una paciente obstinada y esto hizo más difícil tratarla".
La cronología sospechosa en el caso de Prince
La cronología de los acontecimientos que afectan a Prince sugiere oportunidades perdidas, apuntan expertos, incluyendo una llamada de atención menos de una semana antes de su deceso el 21 de abril.
El 15 de abril, el avión privado de Prince hizo una parada de emergencia en Illinois en un vuelo que lo llevaba desde Atlanta a Minnesota. The Associated Press y otros medios, citando fuentes anónimas, informaron que equipos de emergencia le suministraron un antídoto que normalmente se emplea para revertir supuestas sobredosis de opiáceos.
"Uno pensaría que alguien diría 'Pongámoslo en tratamiento''', dijo Klitzman. En lugar de eso, pasó una semana hasta que los ayudantes de Prince llamaron a un especialista en adicciones y dolor de California, Howard Kornfeld.
Las autoridades no dijeron si tenía receta para el fentanilo ni, si no la tenía, cómo lo consiguió.
Sigue sin conocerse mucho sobre la atención médica que recibió el músico. ¿Estaba Prince — quien supuestamente padecía dolor en caderas y rodillas relacionado con años de atléticas actuaciones sobre los escenarios — viendo a médicos bien informados sobre los riesgos de los opiáceos? Si se convirtió en un adicto a los calmantes, ¿alguien consideró enviarlo a un tratamiento cercano y bien valorado, en Hazelden Betty Ford, en Minnesota?
Kornfeld envió a su hijo Andrew en un esfuerzo por convencer a Prince de que buscara un tratamiento a largo plazo en su centro Recovery Without Walls en Mill Valley, California, según William Mauzy, el abogado de los Kornfeld. Andrew Kornfeld llevó una pequeña dosis de buprenorfina, que se emplea para aliviar los síntomas de la abstinencia, apuntó Mauzy.
El más joven de los Kornfeld llegó demasiado tarde. Fue uno de los que descubrió el cuerpo de Prince.
Mauzy no respondió a las preguntas de AP sobre el enfoque de Kornfeld en el cuidado de la estrella.
Las acciones de Michael Todd Schulenberg, un médico de familia de Minnesota, están también bajo escrutinio.
Schulenberg vio a Prince el 7 de abril y el 20, el día antes de su fallecimiento. Según su relato a investigadores, le prescribió medicamentos, pero una orden de registró no especificó cuáles. Schulenberg llegó "al lugar de la muerte" en algún momento, según el documento. Le dijo a un detective que estaba allí para entregar los resultados de unas pruebas.
Esta visita a la casa apunta al síndrome VIP, dijo Klitzman.
La abogada de Schulenberg, que no realizó comentarios en concreto sobre Prince, explicó que el doctor había realizado visitas periódicas a la casa desde que el músico estuvo en su residencia, cuando se le dijo que las hiciera.
A las visitas solo llevaba un estetoscopio y "no administró medicamentos ni realizó ningún tipo de procedimiento en la vivienda del paciente", explicó la abogada Amy Conners en un correo electrónico enviado a The Associated Press.
Para evitar casos de síndrome VIP, la Cleveland Clinic publicó nueve principios para atender a celebridades en 2011. El documento advierte a los facultativos en contra de saltarse las normas.
En definitiva, los médicos deben monitorear una tendencia hacia prácticas inusuales, señala Lerner, autor de "When Illness Goes Public: Celebrity Patients and How We Look at Medicine".
Un médico entregó los resultados de una prueba en la casa de Prince. Otro facultativo envió a su hijo, que no era médico, en un vuelo desde la otra punta del país para llevarle medicamentos a la estrella de la música.
No está claro si algún médico podría haber evitado la sobredosis de fentanilo que mató al cantante en abril, pero su fallecimiento podría ofrecer pruebas sobre cómo el trato especial que suele ofrecerse a las personas adineradas y famosas puede resultar en una atención sanitaria peor a la que recibe la media de los estadounidenses.
Es un patrón que aparece identificado en la literatura médica por primera vez en 1964 y que tiene un nombre: "Síndrome VIP".
Expertos coinciden en que los médicos que trataron a Michael Jackson y Joan Rivers perdieron la perspectiva y cometieron errores letales cegados por la fama de sus clientes. Eleanor Roosevelt es otro ejemplo.
"Se levantaron una serie de banderas rojas ", dijo el médico Robert Klitzman, que dirige el programa de maestría en bioética de la Universidad de Columbia. "Prince era uno de los músicos vivos más ricos. ¿Recibió la atención adecuada? El Síndrome VIP podría haber tenido un papel".
Descrito por primera vez por el médico Walter Weintraub de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en un estudio de 1964, el Síndrome VIP sirve para designar los casos en los que la influencia de los adinerados y el halo de la fama pueden hacer que los doctores se adentren en terrenos peligrosos al ceder a las demandas de una estrella o de su entorno.
Las estrellas pueden rechazar asesoramiento médico o demandar tratamientos no efectivos o perjudiciales. Y médicos en esta situación podrían pedir pruebas innecesarias o insuficientes. Los administradores de hospital podrían entrometerse en decisiones si el paciente es un donante potencial.
El médico personal de Jackson, Conrad Murray, pasó dos años en prisión tras su condena por homicidio involuntario por la muerte del "Rey del Pop" en 2009. Jackson había solicitado un anestésico quirúrgico, propofol, para conciliar el sueño, llamándolo su "leche", según testimonios en juicio. La fiscalía dijo que Murray le proporcionó la sustancia y no percibió cuándo Jackson dejó de respirar.
Al parecer, el afán de agradar llevó a Murray más allá de los límites de un tratamiento razonable, dijo Stephen Dinwiddie, médico de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Otro médico tomó con un celular una foto de Joan Rivers en la mesa de operaciones, según un reciente acuerdo judicial para cerrar una demanda por negligencia. Es un claro síntoma de juicio nublado, apuntó Dinwiddie.
La familia de la comediante aceptó una cifra sin desvelar para resolver una denuncia por su fallecimiento tras una endoscopia rutinaria en 2014. La familia alegó que los doctores realizaron un procedimiento médico no autorizado y no actuaron cuando los signos vitales de Rivers se deterioraron.
Eleanor Roosevelt podría haber sido mal diagnosticada por el mismo síndrome, apuntó el doctor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Barron Lerner, quien publicó un estudio basado en la revisión de su historial médico.
La primera dama estadounidense falleció en 1962 por una tuberculosis que podría haberse detectado antes si hubiera sido sometido a una biopsia de médula ósea a tiempo, explicó. En su lugar, se le diagnosticó erróneamente una anemia aplasica y fue tratada con esteroides, lo que podría haber reducido la capacidad de su cuerpo para luchar contra la infección.
"Había muchos médicos involucrados y ninguno estaba específicamente al cargo", dijo Lerner citando uno de los puntos clave del Síndrome VIP. "Era una paciente obstinada y esto hizo más difícil tratarla".
La cronología sospechosa en el caso de Prince
La cronología de los acontecimientos que afectan a Prince sugiere oportunidades perdidas, apuntan expertos, incluyendo una llamada de atención menos de una semana antes de su deceso el 21 de abril.
El 15 de abril, el avión privado de Prince hizo una parada de emergencia en Illinois en un vuelo que lo llevaba desde Atlanta a Minnesota. The Associated Press y otros medios, citando fuentes anónimas, informaron que equipos de emergencia le suministraron un antídoto que normalmente se emplea para revertir supuestas sobredosis de opiáceos.
"Uno pensaría que alguien diría 'Pongámoslo en tratamiento''', dijo Klitzman. En lugar de eso, pasó una semana hasta que los ayudantes de Prince llamaron a un especialista en adicciones y dolor de California, Howard Kornfeld.
Las autoridades no dijeron si tenía receta para el fentanilo ni, si no la tenía, cómo lo consiguió.
Sigue sin conocerse mucho sobre la atención médica que recibió el músico. ¿Estaba Prince — quien supuestamente padecía dolor en caderas y rodillas relacionado con años de atléticas actuaciones sobre los escenarios — viendo a médicos bien informados sobre los riesgos de los opiáceos? Si se convirtió en un adicto a los calmantes, ¿alguien consideró enviarlo a un tratamiento cercano y bien valorado, en Hazelden Betty Ford, en Minnesota?
Kornfeld envió a su hijo Andrew en un esfuerzo por convencer a Prince de que buscara un tratamiento a largo plazo en su centro Recovery Without Walls en Mill Valley, California, según William Mauzy, el abogado de los Kornfeld. Andrew Kornfeld llevó una pequeña dosis de buprenorfina, que se emplea para aliviar los síntomas de la abstinencia, apuntó Mauzy.
El más joven de los Kornfeld llegó demasiado tarde. Fue uno de los que descubrió el cuerpo de Prince.
Mauzy no respondió a las preguntas de AP sobre el enfoque de Kornfeld en el cuidado de la estrella.
Las acciones de Michael Todd Schulenberg, un médico de familia de Minnesota, están también bajo escrutinio.
Schulenberg vio a Prince el 7 de abril y el 20, el día antes de su fallecimiento. Según su relato a investigadores, le prescribió medicamentos, pero una orden de registró no especificó cuáles. Schulenberg llegó "al lugar de la muerte" en algún momento, según el documento. Le dijo a un detective que estaba allí para entregar los resultados de unas pruebas.
Esta visita a la casa apunta al síndrome VIP, dijo Klitzman.
La abogada de Schulenberg, que no realizó comentarios en concreto sobre Prince, explicó que el doctor había realizado visitas periódicas a la casa desde que el músico estuvo en su residencia, cuando se le dijo que las hiciera.
A las visitas solo llevaba un estetoscopio y "no administró medicamentos ni realizó ningún tipo de procedimiento en la vivienda del paciente", explicó la abogada Amy Conners en un correo electrónico enviado a The Associated Press.
Para evitar casos de síndrome VIP, la Cleveland Clinic publicó nueve principios para atender a celebridades en 2011. El documento advierte a los facultativos en contra de saltarse las normas.
En definitiva, los médicos deben monitorear una tendencia hacia prácticas inusuales, señala Lerner, autor de "When Illness Goes Public: Celebrity Patients and How We Look at Medicine".
RUBEN BLADES, CARLOS VIVES Y MARC ANTHONY ENCANDILAN A LA MULTITUD EN MEXICO
El cantante panameño Rubén Blades puso a bailar a los asistentes a un concierto gratuito en la plaza principal de la Ciudad de México, donde compartió cartelera con Carlos Vives y Marc Anthony, y dedicó una canción a los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014.
Ante decenas de miles de personas reunidas desde la tarde del sábado en la Plaza de la Constitución, conocida como el Zócalo, el cantautor interpretó varios éxitos de su carrera como "Por tu mala maña", "El Padre Antonio", "Prohibido olvidar", "El cantante" y "Pedro Navajas", que sedujeron el ánimo del público.
Blades también evocó a los estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 en el estado de Guerrero, a cuyos padres dedicó la canción "Desapariciones".
"A los familiares de los desaparecidos y a todos los mexicanos en solidaridad, (dedico) esta canción que escribí en 1982 y que desafortunadamente se mantiene vigente", dijo.
Al artista panameño siguió el colombiano Carlos Vives, quien también se ganó al público, que desafió una lluvia intermitente, al rendir homenaje al cantautor mexicano José Alfredo Jiménez con el tema "Te solté la rienda" y un fragmento del "Corrido del caballo blanco".
Vives interpretó temas como "La gota fría", "Carito", "Fruta fresca", "Bailar contigo", para luego enviar un saludo a la embajadora estadounidense en México, Roberta Jacobson, quien asistió al recital.
Cerró el concierto el estadounidense de origen puertorriqueño Marc Anthony, quien ya de noche inició su participación con "Valió la pena", coreada por los asistentes. El neoyorquino continuó con otras como "Flor pálida", "Abrázame muy fuerte" y "Ahora quién".
En aparente alusión a la retórica antiinmigrante que ha teñido la campaña presidencial estadounidense, Marc Anthony aseguró: "Hay muchas cosas que están pasando en Estados Unidos, creo que me entienden. Pero quiero que sepan que quien se mete con México se mete conmigo".
Ante decenas de miles de personas reunidas desde la tarde del sábado en la Plaza de la Constitución, conocida como el Zócalo, el cantautor interpretó varios éxitos de su carrera como "Por tu mala maña", "El Padre Antonio", "Prohibido olvidar", "El cantante" y "Pedro Navajas", que sedujeron el ánimo del público.
Blades también evocó a los estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 en el estado de Guerrero, a cuyos padres dedicó la canción "Desapariciones".
"A los familiares de los desaparecidos y a todos los mexicanos en solidaridad, (dedico) esta canción que escribí en 1982 y que desafortunadamente se mantiene vigente", dijo.
Al artista panameño siguió el colombiano Carlos Vives, quien también se ganó al público, que desafió una lluvia intermitente, al rendir homenaje al cantautor mexicano José Alfredo Jiménez con el tema "Te solté la rienda" y un fragmento del "Corrido del caballo blanco".
Vives interpretó temas como "La gota fría", "Carito", "Fruta fresca", "Bailar contigo", para luego enviar un saludo a la embajadora estadounidense en México, Roberta Jacobson, quien asistió al recital.
Cerró el concierto el estadounidense de origen puertorriqueño Marc Anthony, quien ya de noche inició su participación con "Valió la pena", coreada por los asistentes. El neoyorquino continuó con otras como "Flor pálida", "Abrázame muy fuerte" y "Ahora quién".
En aparente alusión a la retórica antiinmigrante que ha teñido la campaña presidencial estadounidense, Marc Anthony aseguró: "Hay muchas cosas que están pasando en Estados Unidos, creo que me entienden. Pero quiero que sepan que quien se mete con México se mete conmigo".
CELEBRAN CONCIERTO SALSERO DEDICADO A RAFAEL ITHIER Y OTROS ARTISTAS EN PUERTO RICO
La emisora local SalSoul celebró el espectáculo musical "Aniversario de la salsa 2016", dedicado a Rafael Ithier, uno de los fundadores de El Gran Combo de Puerto Rico, una de las orquestas más emblemáticas de este ritmo caribeño.
Cientos de "cocolos", mote de los seguidores de la salsa, se congregaron este domingo en el estadio Francisco "Paquito" Montaner de Ponce, municipio sureño de la isla, para festejar el evento musical, en el que también se le rindió homenaje a Tito Puente, conocido como "El rey del timbal".
Ithier, a quien el viernes pasado se le condecoró con una estrella en el Paseo de la Fama de Puerto Rico en San Juan, dirigió hoy la orquesta que ayudó a fundar en 1962 junto al bongocero Roberto Roena y el fenecido saxofonista Eddie "La bala" Pérez.
De 89 años, Ithier entró en el mundo de la música desde muy pequeño porque su padre Nicolás tenía un grupo de bohemia y su tío Salvador fue guitarrista y segunda voz del Trío Borinquen de Rafael Hernández Marín.
Ithier fundó El Gran Combo de Puerto Rico junto a Pérez y Roena, después de romper con el grupo de Rafael Cortijo y su Combo, al que pertenecieron durante ocho años y en el que también participó Ismael Rivera, mejor conocido como "El sonero mayor".
Ese mismo año, el grupo produjo su primer álbum, "Menéame los mangos", en el que colaboró el cantante dominicano Joseíto Mateo, para comenzar así una larga historia musical que ha llevado a esta banda a llevar a la salsa por todo el mundo.
Algunos de los grandes éxitos de El Gran Combo de Puerto Rico, conocidos como "Los mulatos del sabor" o "La universidad de la salsa" son "Brujería", "Ojos chinos", "Timbalero", "No hay cama pa' tanta gente" y "Y no hago más na".
El espectáculo rindió también tributo a Puente bajo la dirección del maestro José Gazmey, al tiempo que participó también la Tito Puente Tribute Band, con los cantantes Ismael Miranda, Tony Vega, Domingo Quiñones y Frankie Vázquez.
Otras orquestas que actuaron en el espectáculo fueron la de Willie Rosario, conocido como "Mr. Afinque", la del colombiano Diego Galé, que presentó a su compatriota Patty Padilla, y quien rindió homenaje a Celia Cruz, conocida como "La guarachera de Cuba".
Asimismo, en la ciudad sureña de Ponce, cuna de destacados salseros como Héctor Lavoe y Cheo Feliciano, participaron las agrupaciones La Puerto Rican Power, la del timbalero Manolito Rodríguez y los cantantes Anthony Cruz, Alex Matos y Yan Collazo.
Cientos de "cocolos", mote de los seguidores de la salsa, se congregaron este domingo en el estadio Francisco "Paquito" Montaner de Ponce, municipio sureño de la isla, para festejar el evento musical, en el que también se le rindió homenaje a Tito Puente, conocido como "El rey del timbal".
Ithier, a quien el viernes pasado se le condecoró con una estrella en el Paseo de la Fama de Puerto Rico en San Juan, dirigió hoy la orquesta que ayudó a fundar en 1962 junto al bongocero Roberto Roena y el fenecido saxofonista Eddie "La bala" Pérez.
De 89 años, Ithier entró en el mundo de la música desde muy pequeño porque su padre Nicolás tenía un grupo de bohemia y su tío Salvador fue guitarrista y segunda voz del Trío Borinquen de Rafael Hernández Marín.
Ithier fundó El Gran Combo de Puerto Rico junto a Pérez y Roena, después de romper con el grupo de Rafael Cortijo y su Combo, al que pertenecieron durante ocho años y en el que también participó Ismael Rivera, mejor conocido como "El sonero mayor".
Ese mismo año, el grupo produjo su primer álbum, "Menéame los mangos", en el que colaboró el cantante dominicano Joseíto Mateo, para comenzar así una larga historia musical que ha llevado a esta banda a llevar a la salsa por todo el mundo.
Algunos de los grandes éxitos de El Gran Combo de Puerto Rico, conocidos como "Los mulatos del sabor" o "La universidad de la salsa" son "Brujería", "Ojos chinos", "Timbalero", "No hay cama pa' tanta gente" y "Y no hago más na".
El espectáculo rindió también tributo a Puente bajo la dirección del maestro José Gazmey, al tiempo que participó también la Tito Puente Tribute Band, con los cantantes Ismael Miranda, Tony Vega, Domingo Quiñones y Frankie Vázquez.
Otras orquestas que actuaron en el espectáculo fueron la de Willie Rosario, conocido como "Mr. Afinque", la del colombiano Diego Galé, que presentó a su compatriota Patty Padilla, y quien rindió homenaje a Celia Cruz, conocida como "La guarachera de Cuba".
Asimismo, en la ciudad sureña de Ponce, cuna de destacados salseros como Héctor Lavoe y Cheo Feliciano, participaron las agrupaciones La Puerto Rican Power, la del timbalero Manolito Rodríguez y los cantantes Anthony Cruz, Alex Matos y Yan Collazo.
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