Tomó la mano de una fanática y la pasó por sus partes íntimas
El cantante de bachata urbana Romeo Santos se ha caracterizado por hacer de las suyas con sus fanáticas durante sus conciertos, pero el inicio de la gira “Golden” estuvo más caliente que cualquier otro.
Un vídeo que circula en las redes sociales muestra el momento en que el artista toma la mano de una fanática, a la que subió a la tarima, y la pasa por su pecho y sus genitales. Pero no bastando con eso, luego la pasa por dentro de su pantalón para tocar sus partes íntimas.
La fanática hizo expresiones mixtas de asombro y deleite.
No se precisa si esto ocurrió en la apertura de la gira ocurrida en la noche del pasado jueves en el Madison Square.
Comentarios De Fanaticos
TKid97
que noticia vieja el hace lo mismo con una gordita en todo sus shows hasta peor y mas grafico, esto es parte de su show, los regetoneros son peores
EMMANUEL BRANDENBERGER
No sé por qué el aspaviento, porque el tipejo es invertido. Debieron darle una buena pela en el mismo escenario, por charlatán y abusador.
llegoel Piraguero
Ese le transmitió el garabatillo del herpes y el sida en las manos a esa pajara... que siga gamberriando
F|ak¡ta
Puro show... Para mí Romeo es Gay,ya saldrà un día de estos del closet.
fabulousfab
Que cafre y poco hombre, pero mas pena da la fanatica que se lo permitio. De cafre a cafre!!
TKid97
lamentablemente la música de hoy es cafre
guayacan
si ella estuvo de acuerdo no hay problema se lo disfruto....lo que pasa es que si el tipo llegaba ser feo
y le molesta ala ffanatica pues ya tu sabes le pone el berrinche y acoso.
EL RINCON CALIENTE 5-5-2016 - Felicidades MaMa!
Tuesday, February 20, 2018
CON TAN SOLO 30 AÑOS RIHANNA ES UN ICONO GLOBAL
Con solo 19 años conquistó el mundo con "Umbrella", el punto de partida de una brillante y exitosa carrera en la música. Hoy Rihanna cumple 30 siendo un icono global que se dedica a muchas más cosas, desde el diseño de moda a la labor humanitaria.
Múltiples facetas difíciles de compatibilizar por alguien que no tenga la personalidad a prueba de bombas que ha mostrado la barabdiense, que hace y dice lo que quiere en cada momento, sin importarle las opiniones de los demás.
Es capaz de lanzar una línea de cosméticos, Fenty Beauty, a la vez que se reúne con líderes mundiales, como el presidente francés, Emmanuel Macron, para hablar de retos educativos, o se somete a una prueba de detección del VIH junto al príncipe Enrique de Inglaterra para concienciar sobre la importancia de la prevención.
Y a la vez diseña una línea de ropa deportiva más parecida a la Alta Costura que a las mallas o sudaderas con las que los seres normales hacen jogging.
Porque una de sus grandes pasiones es la moda. Le gusta mezclar grandes diseñadores con prendas callejeras en looks muchas veces imposibles, que sin embargo son copiados hasta la saciedad.
Genera tal atracción que es una de las reinas de Twitter, con más de 86 millones de seguidores, solo superada por Katy Perry, Justin Bieber y Barack Obama.
Y se ha convertido en una empresa en sí misma, capaz de venderlo todo. Solo hay que navegar un poco por su web oficial, dividida en apartados como música, belleza, moda, obras benéficas o fragancias, para darse cuenta de que Rihanna es el mejor ejemplo de marca global.
Un éxito que siempre persiguió Robyn Rihanna Fenty, nombre completo de la cantante, nacida en Bridgetown el 20 de febrero de 1988, y marcada desde niña por la adicción a las drogas y al alcohol de su padre, Ronald Fenty.
Rihanna se refugiaba en la música y soñaba con seguir los pasos de sus ídolos, como Madonna, Bob Marley, Janet Jackson y Mariah Carey.
Lo logró muy pronto. Con solo 15 años el productor Evan Rogers se la llevó a Estados Unidos para grabar una maqueta. Una de las canciones fue "Pon de Replay", su saltó a la fama en 2005, con 17 años.
Pero fue dos años después cuando llegó el 'boom' de Rihanna. "Umbrella", una mezcla de hip hop, rhythm and blues y pop en la que colaboró con Jay Z, que dominó durante 52 semanas seguidas las listas de éxitos de Billboard.
Ganó además su primer Grammy (ya lleva ocho), por mejor colaboración de rap/sung junto a Jay Z. E hizo de ella una estrella mundial con una intensa agenda.
Con la única excepción de su último álbum, "ANTI" (2016), nunca ha dejado transcurrir más de un año sin lanzar nuevo álbum desde su debut con "Music of the sun" (2005).
A este le siguieron "A girl like me" (2006) y "Good girl gone bad" (2007) -el trabajo que incluía piezas como "Umbrella" y "Don't stop the music"-.
Después llegaron los no menos exitosos "Rated R" (2009), "Loud" (2010), "Talk That Talk" (2011), "Unapologetic" (2012) y "ANTI" (2016).
Todos ellos la han colocado entre los 10 artistas de mayor éxito comercial de la historia, con más de 54 millones de copias de álbumes vendidos y 210 millones de singles.
Ha conseguido 14 números 1 en EE.UU. (solo la superan The Beatles y Mariah Carey), es la artista de más ventas digitales de todos los tiempos y fue nombrada la "artista mainstream" más importante de los últimos 20 años por la revista Billboard.
Entre sus extravagancias musicales: el haber actuado en siete países en siete días dentro de su gira de 2012 justo antes de lanzar su séptimo álbum de estudio, "Unapologetic", o ser la primera cantante femenina en llenar el O2 Arena de Londres durante diez conciertos seguidos.
Pero como la música no le parecía bastante, se lanzó a la moda, primero con colaboraciones con diseñadores como Armani, antes de convertirse en directora creativa con la marca de ropa deportiva Puma.
A lo que añadió una labor filantrópica a través de la Fundación Clara Lionel -que lleva el nombre de su abuelos Clara y Lionel Braithwaite-, centrada en la mejor de la calidad de vida de comunidades de todo el mundo en las áreas de salud, educación, arte y cultura.
Y como dice su web, pese a todos estos logros "Rihanna está solo empezando".
Múltiples facetas difíciles de compatibilizar por alguien que no tenga la personalidad a prueba de bombas que ha mostrado la barabdiense, que hace y dice lo que quiere en cada momento, sin importarle las opiniones de los demás.
Es capaz de lanzar una línea de cosméticos, Fenty Beauty, a la vez que se reúne con líderes mundiales, como el presidente francés, Emmanuel Macron, para hablar de retos educativos, o se somete a una prueba de detección del VIH junto al príncipe Enrique de Inglaterra para concienciar sobre la importancia de la prevención.
Y a la vez diseña una línea de ropa deportiva más parecida a la Alta Costura que a las mallas o sudaderas con las que los seres normales hacen jogging.
Porque una de sus grandes pasiones es la moda. Le gusta mezclar grandes diseñadores con prendas callejeras en looks muchas veces imposibles, que sin embargo son copiados hasta la saciedad.
Genera tal atracción que es una de las reinas de Twitter, con más de 86 millones de seguidores, solo superada por Katy Perry, Justin Bieber y Barack Obama.
Y se ha convertido en una empresa en sí misma, capaz de venderlo todo. Solo hay que navegar un poco por su web oficial, dividida en apartados como música, belleza, moda, obras benéficas o fragancias, para darse cuenta de que Rihanna es el mejor ejemplo de marca global.
Un éxito que siempre persiguió Robyn Rihanna Fenty, nombre completo de la cantante, nacida en Bridgetown el 20 de febrero de 1988, y marcada desde niña por la adicción a las drogas y al alcohol de su padre, Ronald Fenty.
Rihanna se refugiaba en la música y soñaba con seguir los pasos de sus ídolos, como Madonna, Bob Marley, Janet Jackson y Mariah Carey.
Lo logró muy pronto. Con solo 15 años el productor Evan Rogers se la llevó a Estados Unidos para grabar una maqueta. Una de las canciones fue "Pon de Replay", su saltó a la fama en 2005, con 17 años.
Pero fue dos años después cuando llegó el 'boom' de Rihanna. "Umbrella", una mezcla de hip hop, rhythm and blues y pop en la que colaboró con Jay Z, que dominó durante 52 semanas seguidas las listas de éxitos de Billboard.
Ganó además su primer Grammy (ya lleva ocho), por mejor colaboración de rap/sung junto a Jay Z. E hizo de ella una estrella mundial con una intensa agenda.
Con la única excepción de su último álbum, "ANTI" (2016), nunca ha dejado transcurrir más de un año sin lanzar nuevo álbum desde su debut con "Music of the sun" (2005).
A este le siguieron "A girl like me" (2006) y "Good girl gone bad" (2007) -el trabajo que incluía piezas como "Umbrella" y "Don't stop the music"-.
Después llegaron los no menos exitosos "Rated R" (2009), "Loud" (2010), "Talk That Talk" (2011), "Unapologetic" (2012) y "ANTI" (2016).
Todos ellos la han colocado entre los 10 artistas de mayor éxito comercial de la historia, con más de 54 millones de copias de álbumes vendidos y 210 millones de singles.
Ha conseguido 14 números 1 en EE.UU. (solo la superan The Beatles y Mariah Carey), es la artista de más ventas digitales de todos los tiempos y fue nombrada la "artista mainstream" más importante de los últimos 20 años por la revista Billboard.
Entre sus extravagancias musicales: el haber actuado en siete países en siete días dentro de su gira de 2012 justo antes de lanzar su séptimo álbum de estudio, "Unapologetic", o ser la primera cantante femenina en llenar el O2 Arena de Londres durante diez conciertos seguidos.
Pero como la música no le parecía bastante, se lanzó a la moda, primero con colaboraciones con diseñadores como Armani, antes de convertirse en directora creativa con la marca de ropa deportiva Puma.
A lo que añadió una labor filantrópica a través de la Fundación Clara Lionel -que lleva el nombre de su abuelos Clara y Lionel Braithwaite-, centrada en la mejor de la calidad de vida de comunidades de todo el mundo en las áreas de salud, educación, arte y cultura.
Y como dice su web, pese a todos estos logros "Rihanna está solo empezando".
VICENTE GARCIA UN BACHATERO DE RAIZ "ES IMPORTANTE EXPLORAR LO QUE SOMOS"
Con tres Grammy Latino como espléndida carta de presentación, el dominicano Vicente García, una de las revelaciones de la bachata y de la música caribeña, explicó a Efe que en su obra juega y trastea con los sonidos de su tierra para investigar sobre la naturaleza y las raíces de su pueblo.
"Creo que es importante para todos nosotros explorar lo que somos: es la única manera de darnos a conocer, de dar lo que nos hace únicos y característicos", dijo en una entrevista telefónica.
"Evidentemente, soy muy amigo de las fusiones y a toda la diversidad dominicana y caribeña le inyecto jazz, un poco de blues, música africana... Y eso me encanta, pero creo que es esencial buscar, si no en la música, en nuestra manera de decir las cosas, en nuestras costumbres y en nuestra identidad como tal", apuntó.
Todavía disfrutando de la feliz acogida que tuvo su álbum "A La Mar" (2016), Vicente García llega a Estados Unidos para afrontar una pequeña gira que pasará por Nueva York el 22 de febrero, que continuará el 27 del mismo mes en Los Ángeles y que finalizará en Miami el próximo 2 de marzo.
García (Santo Domingo, 1983) causó sensación en la última edición de los Grammy Latino, de donde salió con tres premios en el bolsillo: mejor artista nuevo, mejor álbum de cantautor por "A La Mar" y mejor canción tropical por "Bachata en Kingston".
El músico señaló que su triunfo en los Grammy Latino le sirvió para "afianzar" su apuesta creativa y para que su proyecto gane fuerza y libertad: "Lo que uno piensa, lo que uno entiende y los futuros proyectos se ven más alcanzables".
Aunque sus inicios artísticos se sitúan en el grupo Calor Urbano y pese a que alcanzó el éxito con su debut en solitario ("Melodrama", 2011), el dominicano dio un gran salto creativo con "A La Mar", un trabajo de sonidos cálidos y delicada producción en el que, con la bachata como puerto de origen, navegaba con soltura por las aguas del bolero, el pop, el reggae o el son cubano.
"Fue una búsqueda de mis raíces, de lo dominicano sobre todo afrodescendiente, y luego también por todo el Caribe", argumentó sobre un álbum en el que la bachata le sirvió de "portal" a multitud de ritmos.
"Después del primer disco empecé a buscar en la música de tambor, en lo popular, en el merengue de guitarra... Y empecé a viajar a diferentes lugares, como algo que trasciende lo musical. Empecé a empaparme de mi cultura, a relacionarme con la gente del campo, a conocer mi país, la realidad de la Republica Dominicana, no sólo de Santo Domingo", describió.
De esa experimentación trenzada con la tradición surgieron canciones como "Dulcito e Coco", "Carmesí", "Amor Pretao" o "Bachata en Kingston", un atractivo tema en el que García cruzaba la bachata con el reggae.
"El reggae tiene mucho que ver con la bachata, más que nada de la manera en que surgieron, desde el pueblo. También la figura del que canta, de resaltarse en el barrio. Siento que tienen mucha similitud también la cadencia y la rítmica de la guitarra. Si uno le quita un par de golpes al son de la bachata, termina siendo un ska; y si lo pones un poquito mas lento, termina siendo un reggae", detalló.
Sin excepción, en todas y cada una de las entrevistas con García termina apareciendo, de una u otra forma, el nombre de su gran mentor y referente: su compatriota Juan Luis Guerra.
El artista contó que de joven le gustaba el punk, el "rock pesado", el funk y el soul, pero fue a partir de conocer a Juan Luis Guerra y de dar una gira con él, todavía con Calor Urbano, cuando volvió la mirada a la música de su país.
"También aprendí de él otras cosas como el valor y el respeto a la música, a la profesión, a la vocación, y la disciplina por la manera en que él ve su trabajo", añadió.
En el horizonte más inmediato, García adelantó que ya está ultimando un disco a cuatro manos llamado "Trending Tropics" junto a Eduardo Cabra, exintegrante de Calle 13 y que fue productor y colaborador suyo en "A La Mar".
Sobre este nuevo álbum, García afirmó que mezclarán ritmos africanos y caribeños con música electrónica, y agregó que contarán con diversos artistas invitados.
"Creo que es importante para todos nosotros explorar lo que somos: es la única manera de darnos a conocer, de dar lo que nos hace únicos y característicos", dijo en una entrevista telefónica.
"Evidentemente, soy muy amigo de las fusiones y a toda la diversidad dominicana y caribeña le inyecto jazz, un poco de blues, música africana... Y eso me encanta, pero creo que es esencial buscar, si no en la música, en nuestra manera de decir las cosas, en nuestras costumbres y en nuestra identidad como tal", apuntó.
Todavía disfrutando de la feliz acogida que tuvo su álbum "A La Mar" (2016), Vicente García llega a Estados Unidos para afrontar una pequeña gira que pasará por Nueva York el 22 de febrero, que continuará el 27 del mismo mes en Los Ángeles y que finalizará en Miami el próximo 2 de marzo.
García (Santo Domingo, 1983) causó sensación en la última edición de los Grammy Latino, de donde salió con tres premios en el bolsillo: mejor artista nuevo, mejor álbum de cantautor por "A La Mar" y mejor canción tropical por "Bachata en Kingston".
El músico señaló que su triunfo en los Grammy Latino le sirvió para "afianzar" su apuesta creativa y para que su proyecto gane fuerza y libertad: "Lo que uno piensa, lo que uno entiende y los futuros proyectos se ven más alcanzables".
Aunque sus inicios artísticos se sitúan en el grupo Calor Urbano y pese a que alcanzó el éxito con su debut en solitario ("Melodrama", 2011), el dominicano dio un gran salto creativo con "A La Mar", un trabajo de sonidos cálidos y delicada producción en el que, con la bachata como puerto de origen, navegaba con soltura por las aguas del bolero, el pop, el reggae o el son cubano.
"Fue una búsqueda de mis raíces, de lo dominicano sobre todo afrodescendiente, y luego también por todo el Caribe", argumentó sobre un álbum en el que la bachata le sirvió de "portal" a multitud de ritmos.
"Después del primer disco empecé a buscar en la música de tambor, en lo popular, en el merengue de guitarra... Y empecé a viajar a diferentes lugares, como algo que trasciende lo musical. Empecé a empaparme de mi cultura, a relacionarme con la gente del campo, a conocer mi país, la realidad de la Republica Dominicana, no sólo de Santo Domingo", describió.
De esa experimentación trenzada con la tradición surgieron canciones como "Dulcito e Coco", "Carmesí", "Amor Pretao" o "Bachata en Kingston", un atractivo tema en el que García cruzaba la bachata con el reggae.
"El reggae tiene mucho que ver con la bachata, más que nada de la manera en que surgieron, desde el pueblo. También la figura del que canta, de resaltarse en el barrio. Siento que tienen mucha similitud también la cadencia y la rítmica de la guitarra. Si uno le quita un par de golpes al son de la bachata, termina siendo un ska; y si lo pones un poquito mas lento, termina siendo un reggae", detalló.
Sin excepción, en todas y cada una de las entrevistas con García termina apareciendo, de una u otra forma, el nombre de su gran mentor y referente: su compatriota Juan Luis Guerra.
El artista contó que de joven le gustaba el punk, el "rock pesado", el funk y el soul, pero fue a partir de conocer a Juan Luis Guerra y de dar una gira con él, todavía con Calor Urbano, cuando volvió la mirada a la música de su país.
"También aprendí de él otras cosas como el valor y el respeto a la música, a la profesión, a la vocación, y la disciplina por la manera en que él ve su trabajo", añadió.
En el horizonte más inmediato, García adelantó que ya está ultimando un disco a cuatro manos llamado "Trending Tropics" junto a Eduardo Cabra, exintegrante de Calle 13 y que fue productor y colaborador suyo en "A La Mar".
Sobre este nuevo álbum, García afirmó que mezclarán ritmos africanos y caribeños con música electrónica, y agregó que contarán con diversos artistas invitados.
LUIS ENRIQUE NO REPITE LA HISTORIA DE SUS PADRES
Logró vencer sus dudas para enfrentar y compartir los momentos difíciles previos a la fama.
Hay algo que el cantante Luis Enrique tuvo claro con el nacimiento de su hijo: sería un papá presente.
Haber crecido al cuidado de sus abuelos, de un tío cura que abusó físicamente de él, sin el cuidado de una madre y a la vez velando por su hermano, lo hizo entender rápidamente que no podía faltar en la vida de su hijo Lucas, ahora de 16 años.
“Estar presente, no matter what”, afirmó el salsero en entrevista telefónica previo a llegar a Puerto Rico el pasado fin de semana, primero, para cantar junto a su colega Gilberto Santa Rosa, y segundo, para presentar su Autobiografía.
“Tú puedes ser papá aún cuando te separas de tu esposa, puedes seguir siendo ese mismo papá, incluso puedes ser hasta mejor si te da la gana, y mi interés fue que mi relación con mi hijo no iba a ser ni siquiera cercana a la que tuve con mis padres”, subrayó.
Sensible, artista, buen escritor y buen fotógrafo, dice sobre su hijo, con quien comparte ese gusto por el lente.
“Yo iba a estar presente, iba a dedicarme a mi hijo, iba a luchar por esa relación entre nosotros; no iba a permitir que la separación con mi exesposa ni cualquier problema que tuviéramos ella y yo, fuera a salpicar, a herir a mi hijo, y una vez tuve claro todo eso, todo lo demás fluye”, sostuvo el artista, de 55 años.
“Me siento feliz que él hoy día pueda verme y hablar de mí de la manera en que lo hace, y eso solo lo fomenta tener una relación de amor, de respeto y sobre todo de presencia. Él sabe que estoy a una llamada (de distancia)”.
Editado por HarperCollins Español, Autobiografía es un relato cronológico desde la infancia del compositor y músico en Somoto, en su natal Nicaragua, rodeado de los contrastes políticos y artísticos de su propia familia; su huida a Estados Unidos a los 15 años acompañado de su hermano, de 13, hasta lograr ocupar un espacio en la música tropical con una salsa de tono social y romántico.
Remontarse a esas etapas de su vida fue un ejercicio personal de desahogo y convencimiento de que contándolas puede ayudar a otros, pero no dejó de ser doloroso, en especial las líneas que dedicó a su mamá.
“Los momentos de mami son difíciles porque a uno le han enseñado toda tu vida que tu mamá es la persona que estará a tu lado, que debe cuidarte, abrazarte, apapacharte, luchar por ti y bla bla bla bla. En muchos casos nos damos cuenta que eso no es así, por la razones que sean”, lamentó.
“Tuve que enojarme con mi mamá, tuve que decirle un montón de cosas, separarme de ella; es más, me acabo de reencontrar con ella después de 13 años, porque ahora entiendo que sus decisiones fueron tomadas como un resultado de su adicción, y la perdono, y la perdono cada vez que la veo. El daño se lo hizo más a ella que el que nos pudo haber hecho a nosotros, (y) a nosotros nos hizo daño, pero quien más sufrió con toda esta historia es ella”, compartió la voz de Yo no sé mañana.
El artista procura compartir mucho con su hijo Lucas, quien heredó su pasión por la fotografía.
“Ser inmigrante no es fácil”
El Príncipe de la Salsa llegó adolescente a Estados Unidos, proveniente de México. Desde entonces, vive con la marca de inmigrante.
“Hay discriminación a todo nivel en todos los países donde hay inmigrantes, en unos peores que otros pero la realidad es que ser inmigrante no es fácil”, afirmó.
“Es difícil ser inmigrante, por más que intentes insertarte en esa sociedad, siempre vas a ser señalado como el foráneo, ‘tú no eres de aquí’, ‘tú no naciste aquí’, ese tipo de cosas es terriblemente dolorosa vivirla”.
Las restricciones cada vez más duras para los inmigrantes en Estados Unidos le parecen “una injusticia, sobre todo si viene de un alto rango dentro del Gobierno”.
“Creo que estamos viviendo momentos críticos, pero a la vez estamos viviendo momentos positivos, porque en estos momentos es que uno tiene que reaccionar. Uno tiene que empoderarse y defender lo que uno es, sin tapujos. Lo triste para mí es muchos de estos casos, sobre todo de discriminación, es ver cómo latinos discriminan contra latinos”, lamentó.
Luis Enrique presenta su Autobiografía mientras trabaja en tres proyectos musicales, dos que poco a poco irá dando a conocer sencillo por sencillo, y una tercera que, dijo, le ha debido al público por largo tiempo.
“Va a ser un disco totalmente tal cual concibo las cosas cuando estoy escribiendo, a guitarra y voz”.
Hay algo que el cantante Luis Enrique tuvo claro con el nacimiento de su hijo: sería un papá presente.
Haber crecido al cuidado de sus abuelos, de un tío cura que abusó físicamente de él, sin el cuidado de una madre y a la vez velando por su hermano, lo hizo entender rápidamente que no podía faltar en la vida de su hijo Lucas, ahora de 16 años.
“Estar presente, no matter what”, afirmó el salsero en entrevista telefónica previo a llegar a Puerto Rico el pasado fin de semana, primero, para cantar junto a su colega Gilberto Santa Rosa, y segundo, para presentar su Autobiografía.
“Tú puedes ser papá aún cuando te separas de tu esposa, puedes seguir siendo ese mismo papá, incluso puedes ser hasta mejor si te da la gana, y mi interés fue que mi relación con mi hijo no iba a ser ni siquiera cercana a la que tuve con mis padres”, subrayó.
Sensible, artista, buen escritor y buen fotógrafo, dice sobre su hijo, con quien comparte ese gusto por el lente.
“Yo iba a estar presente, iba a dedicarme a mi hijo, iba a luchar por esa relación entre nosotros; no iba a permitir que la separación con mi exesposa ni cualquier problema que tuviéramos ella y yo, fuera a salpicar, a herir a mi hijo, y una vez tuve claro todo eso, todo lo demás fluye”, sostuvo el artista, de 55 años.
“Me siento feliz que él hoy día pueda verme y hablar de mí de la manera en que lo hace, y eso solo lo fomenta tener una relación de amor, de respeto y sobre todo de presencia. Él sabe que estoy a una llamada (de distancia)”.
Editado por HarperCollins Español, Autobiografía es un relato cronológico desde la infancia del compositor y músico en Somoto, en su natal Nicaragua, rodeado de los contrastes políticos y artísticos de su propia familia; su huida a Estados Unidos a los 15 años acompañado de su hermano, de 13, hasta lograr ocupar un espacio en la música tropical con una salsa de tono social y romántico.
Remontarse a esas etapas de su vida fue un ejercicio personal de desahogo y convencimiento de que contándolas puede ayudar a otros, pero no dejó de ser doloroso, en especial las líneas que dedicó a su mamá.
“Los momentos de mami son difíciles porque a uno le han enseñado toda tu vida que tu mamá es la persona que estará a tu lado, que debe cuidarte, abrazarte, apapacharte, luchar por ti y bla bla bla bla. En muchos casos nos damos cuenta que eso no es así, por la razones que sean”, lamentó.
“Tuve que enojarme con mi mamá, tuve que decirle un montón de cosas, separarme de ella; es más, me acabo de reencontrar con ella después de 13 años, porque ahora entiendo que sus decisiones fueron tomadas como un resultado de su adicción, y la perdono, y la perdono cada vez que la veo. El daño se lo hizo más a ella que el que nos pudo haber hecho a nosotros, (y) a nosotros nos hizo daño, pero quien más sufrió con toda esta historia es ella”, compartió la voz de Yo no sé mañana.
El artista procura compartir mucho con su hijo Lucas, quien heredó su pasión por la fotografía.
“Ser inmigrante no es fácil”
El Príncipe de la Salsa llegó adolescente a Estados Unidos, proveniente de México. Desde entonces, vive con la marca de inmigrante.
“Hay discriminación a todo nivel en todos los países donde hay inmigrantes, en unos peores que otros pero la realidad es que ser inmigrante no es fácil”, afirmó.
“Es difícil ser inmigrante, por más que intentes insertarte en esa sociedad, siempre vas a ser señalado como el foráneo, ‘tú no eres de aquí’, ‘tú no naciste aquí’, ese tipo de cosas es terriblemente dolorosa vivirla”.
Las restricciones cada vez más duras para los inmigrantes en Estados Unidos le parecen “una injusticia, sobre todo si viene de un alto rango dentro del Gobierno”.
“Creo que estamos viviendo momentos críticos, pero a la vez estamos viviendo momentos positivos, porque en estos momentos es que uno tiene que reaccionar. Uno tiene que empoderarse y defender lo que uno es, sin tapujos. Lo triste para mí es muchos de estos casos, sobre todo de discriminación, es ver cómo latinos discriminan contra latinos”, lamentó.
Luis Enrique presenta su Autobiografía mientras trabaja en tres proyectos musicales, dos que poco a poco irá dando a conocer sencillo por sencillo, y una tercera que, dijo, le ha debido al público por largo tiempo.
“Va a ser un disco totalmente tal cual concibo las cosas cuando estoy escribiendo, a guitarra y voz”.
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