Los bailarines del Ballet Nacional de Cuba que desertaron el pasado sábado en Puerto Rico expresaron en Miami su alegría por su ansiada llegada a Estados Unidos y afirmaron que en la isla "no hay futuro para los jóvenes".
Los siete bailarines -otro más permanece todavía en Puerto Rico- se presentaron en una conferencia de prensa organizada por el Ballet Clásico Cubano de Miami, con el que debutarán el próximo domingo, tan sólo una semana después de abandonar una de las compañías de ballet más célebres del mundo.
Rodeados de una gran expectación mediática, los siete bailarines -cuatro hombres y tres mujeres- exhibieron ante la prensa amplias sonrisas y muestras de cansancio después de haber realizado su primer ensayo con el Ballet de Miami arropados por familiares cubanos residentes en Florida.
"Éste es el país del futuro. Hay muchas opciones de trabajo y lugares qué escoger. Aquí vinimos para bailar y vamos a bailar", dijo a Efe Jorge Óscar Sánchez, de 23 años, que decidió no volver a Cuba y quedarse en Estados Unidos "en busca de oportunidades".
Aunque no ocultaba su tristeza "por dejar atrás a la familia y a los amigos", Sánchez se mostró convencido de que la aventura valdrá la pena porque en Cuba "no hay futuro para los jóvenes".
"Estoy triste por dejar a mi madre y a mis abuelos en Cuba porque ya están viejos. Pero ellos me entienden y saben que voy a salir adelante", explicó el bailarín.
Jorge Óscar Sánchez relató que ya tenía ganas de salir de su país cuando tuvo la oportunidad de viajar a Canadá hace unos años. Desde entonces, según explicó, ha estado esperando otra gira internacional para poder huir de Cuba.
Finalmente él pudo desertar en Puerto Rico junto a otros siete miembros del Ballet Nacional de Cuba: Raizel Cruz, Carlos Ignacio Galíndez, Ariel Soto, Mónica Gómez, Yaima Méndez, Lisette Santander y Yinet Fernández.
Todos ellos se encontraban en la ciudad de San Juan, en Puerto Rico, para participar en el espectáculo "La Magia de la Danza" con la presencia de la directora de la formación artística, Alicia Alonso.
Según relataron a la prensa, una vez culminada la función en Puerto Rico, unos cuantos llevaron a cabo su plan para escapar del hotel donde se encontraban concentrados y abandonar a la delegación cubana.
"Al principio estaba un poco nervioso porque era un impacto muy fuerte. Era dejar a tu familia atrás para salir a buscar tu profesión, ser bailarín... Es muy duro. No dejo de pensar en mi familia", decía Ariel Soto, otro cubano de 23 años que abandonó la delegación y ya se encuentra en Miami.
"No te dan la oportunidad de que enseñes todo lo que puedes dar. Uno no quiere frustrarse porque tengo una vida por delante. Tengo 23 años y quiero crecer, no quiero quedarme mediocre", remarcó.
Yaima Méndez confesó también que "desde niña estás pasando trabajo y no ves el fruto final del sacrificio". "Siempre duele. Es algo muy duro, muy fuerte, pero necesario para poder realizar mis sueños en un país tan grande", añadió.
Raizel Cruz, otro de los exmiembros de la Ballet Nacional de Cuba, aseguró que "todos los bailarines que hay en Cuba apoyan la decisión de todo bailarín que deserta".
Cruz explicó que tiene muchas ganas de empezar una nueva vida lejos de la isla, aunque se vea obligado a trabajar de cualquier otra cosa y tenga que sacrificar la danza.
"Yo bailo, pero vengo con la mentalidad de hacer cualquier otra cosa. Lo que haga falta", dijo Cruz, agradecido con la gente del sur de la Florida porque los han acogido "muy bien".
Los bailarines, que hoy hicieron sus primeros ensayos en el centro cultural y de artes hispanos de Miami, debutarán el próximo domingo en la gala "Diaghilev's Ballest Russes" que se celebrará en el Auditorio del condado de Miami-Dade.
"Es una gran sorpresa que ya tengamos función el domingo. De hecho pensé que no íbamos a bailar en un largo tiempo, pero nos han recibido muy bien", confesaba Yaima Méndez con una gran sonrisa.
Los bailarines han estado acompañados desde su llegada a Miami por el director artístico del Ballet Clásico Cubano de Miami, Pedro Pablo Peña, quien en declaraciones a Efe aseguró que el goteo incesante de deserciones evidencia "el absoluto descontento" de los artistas con el régimen cubano.
Desde el año 2007, al menos 35 bailarines han solicitado asilo en EE.UU. y otros países, según las cifras que maneja el Ballet Clásico Cubano de Miami.
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