José Miguel Class, mejor conocido como “el Gallito de Manatí”, ha tenido que hacer un alto en sus presentaciones en el extranjero por su condición renal que conlleva diálisis. Pues, como está en espera de que aparezca algún donante del riñón, no puede tomarse riesgos fuera de la Isla.
“Sigo esperando por un donante. Ha habido personas que me han ofrecido su riñón, incluso algunos de mis hijos, y el que no tiene dinga, tiene mandinga, porque no son compatibles”, revela el cantante en entrevista.
La voz de “El Zorzal” y “Hasta aquí te trajo el río” –quien se transfunde lunes, miércoles y viernes por cuatro horas, razón por la que termina extenuado–, está en una lista de espera en Puerto Rico y en Orlando, Florida para un donante de riñón.
Pese a este proceso dice que “me siento bien, mejor que antes porque antes de dializarme hace dos años me sentía muy mal. Ahora (desde agosto 2012) Me siento recuperado con el tratamiento”.
El también actor agrega que “estoy contando con mi Dios. Estoy dándome mis tratamientos y me siento muy feliz. Cuando regreso de diálisis llegó a dormir y no sé nada hasta el otro día porque el diálisis tumba a uno. Estamos de pie y en pie de lucha”.
Debido a la realidad de su salud, el vocalista indica que “no estoy trabajando porque ya no voy a Colombia como antes por mi enfermedad y hasta que no me coloquen el riñón no puedo regresar a Colombia ni Santo Domingo, ni a otros países”.
“Sigo cantando y si me contratan yo lo hago porque yo no canto con los riñones, canto con mi garganta”, dice.
El vocalista tiene la cuenta # 217-422894 para las personas que deseen ayudarle con algún donativo.
Se operará de cataratas
Debido a que el artista también padece catarata en ambos ojos, se operará uno primero la semana próxima y luego que pasen 14 días, el otro.
“En ambos ojos tengo catarata y me van a corregir eso. El plan cubre todo lo demás excepto el lente que vale $1,300 y la Dra. Jiménez que es la que me está tratando me los dejó en $1,000 cada lente que va dentro del ojo. Para eso estoy recibiendo la ayuda de Enrique Mangual, el dueño de Kikuet”, sostiene.
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