Dos iconos del ritmo del merengue botaron la casa por la ventana el pasado fin de semana en el festival de música más importante de República Dominicana: Johnny Ventura y Milly Quezada.
Johnny está celebrando 60 años en la música, y si me dejo llevar por lo que vi de su presentación en el Estadio Olímpico de República Dominicana, a la verdad que no pierde el sabor.
Es la primera vez que se presenta en ese festival, pero a juzgar por el público y los comentarios, ciertamente no será la última. Johnny sigue con la corriente de los cantantes urbanos de hacer juntes y en esta ocasión fue con Carlos Vives interpretando uno de sus clásicos, Patacón pisa’o. De hecho, Carlos Vives me había comentado que le encantaría hacer juntes con merengueros y mencionó a Johnny en primer lugar y se le dio, por lo menos en vivo.
Se dice que lo que podría surgir de ese junte es un “vallerengue”, o sea la mezcla del vallenato con el merengue. Y no dudo que lo peguen, pues ambos son tremendos artistas y, sobre todo, tienen el favor del público.
Y hablando de Carlos Vives, éste hizo unas expresiones sobre el trap, de que no le gusta ni tan siquiera que su familia lo escuche. No creo que eso le quite ni le añada nuevos fanáticos. Para los gustos los colores.
Milly Quezada estuvo divina. Contrario a otros de sus compatriotas que criticaron que el festival tuviera muchos artistas extranjeros, ella defendió que participaran en el mismo.
Mencionó que su música se enriquecía con vertientes y ritmos de otros países. Muy sabia la Milly, quien todos sabemos que trabajaba mucho en Puerto Rico antes de María y en Estados Unidos, donde reside.
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