El cantante superó con su voz las usuales barreras en torno al sonido en un estadio que no fue preparado para conciertos, llenando con sus interpretaciones cada rincón del estadio. (EFE)
"¡Por fin!", gritó a todo pulmón Marc Anthony e igual le respondieron sus seguidores al famoso cantante puertorriqueño en su primer concierto en la capital mexicana.
El salsero expuso sabor, emoción y su potente voz ante un público ansioso de escucharlo y que no dudó en corearlo y hasta hacer una "ola" para agasajarlo.
El cantante devolvió con creces el entusiasmo de los mexicanos que le regalaron banderas de México y de Puerto Rico, al cantar con vibrante voz y notas altas sostenidas algunos de sus mas grandes éxitos como "Tanto miedo de perderte", "Valió la pena", "Contra la corriente" y "Ahora quien", entre otros.
También brillaron los solos de piano, timbal y metales que ejecutaron en diferentes temas y con sobrada maestría los miembros de su banda.
Mientras, los pasillos del Palacio de los Deportes, donde se realizó el concierto, se convirtieron en improvisadas salas de bailes donde muchos hicieron gala de sus destrezas en la danza.
Medios locales, como el periódico Reforma, reportaron la esposa del cantante, la diva Jennifer Lopez, se encontraba tras bambalinas apoyando a su marido, pero de inmediato esa información no pudo ser corroborada con los organizadores.
En medio de la algarabía colectiva, que fue como si Anthony hubiese logrado transportar la cadencia y el calor del Caribe a un México húmedo y frío por la lluvia, el artista agarró una de las cámaras que transmitían el concierto en dos pantallas gigantes y la volteó al público, de lo cual se "excusó" diciendo que era para "enseñárselo a los niños", en referencia a sus hijos.
El cantante superó con su voz las usuales barreras en torno al sonido en un estadio que no fue preparado para conciertos, llenando con sus interpretaciones cada rincón del estadio.
"?No me quiero ir!", exclamó a mitad de su jornada, arrancando gritos de la multitud.
Vestido con un elegante traje negro y camisa blanca el cantante agradeció las muestras de aprecio que incluyeron flores y hasta un oso de felpa al besar la tarima casi al final de su presentación.
De acuerdo a los organizadores, el lugar registró localidades agotadas, con 16,000 asistentes.
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