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Monday, June 11, 2012

SANTIAGO DE CUBA PATRIMONIO MUSICAL DE LA ISLA



Cuba, En Santiago los cubanos no paran de bailar.

Santiago de Cuba es son, bolero y trova. Santiago, es sinónimo de música… y eso el mundo entero lo sabe.

El director de la prestigiosa Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en Santiago (Uneac) , Rodulfo Vaillant, explica en Santiago que esa es la capital musical de la nación porque fue desde allí que subieron hacia el occidente los principales ritmos musicales de la Isla.

“Por estos callejones empezó la trova, el bolero y el son en todas sus manifestaciones. Santiago es la cuna de la música de Cuba; es la cuna de las artes”, resume el reconocido intelectual santiaguero, quien justo antes de la visita del papa Benedicto XVI visitaba la provincia, y acompañó toda una noche a este diario en un recorrido por los principales clubes o centros culturales de música netamente cubana: la Casa de la Trova, el Patio de Artex, el Patio de la Uneac y otros todos localizados en el mismo centro histórico de la ciudad.

La música que nació en la llamada Ciudad Heroica –explica el compositor– se desprende “toda” de una misma base rítmica: el cinquillo.

Parte además de una idiosincracia única que es la que habrá de diferenciar a Santiago del resto del país, ya que allí se dio una fuerte integración de las cuatro corrientes culturales que forjaran a Santiago.

Dos de ellas serían, por supuesto, la negra y la española.

Por la bahía de Santiago también entraron los chinos culíes, y por el mismo lugar –huyendo de la revolución de Haití– los 3,000 colonos franceses con sus esclavos.

Los franceses le aportaron a Cuba nuevas costumbres –como la de la moda–, pero fueron sus esclavos haitianos los que dejaron huella indeleble en la música.

“Los esclavos de los franceses practicaban su propia danza y tenían sus propios toques. Tenían la célula prima del cinquillo, la misma que se tomaría luego como base para la danza y la trova… El cinquillo se reestructura, y sale el bolero”, explica Vaillant, mientras con sus manos aplaude para dar los toques de las distintas manifestaciones rítmicas, descendientes unas de otras.

La noche en Santiago de Cuba es larga. En los clubes, el ron y los ritmos cubanos hacen bailar a los santiagueros con sensualidad y frenesí. Algunos turistas se les unen y la pareja cubana, pacientemente les hacen seguir sus pasos, aunque pocos aciertan.

“Santiago es música por la madrugada, por la mañana, por la tarde, por la noche… no para”, dice el experto, mientras nos trasladamos de una casa de música a otra.

“En Santiago –continúa– dondequiera te encuentras un grupo sonero”.

En Santiago, la primera capital de Cuba hasta que los españoles decidieron cambiarla para La Habana para estar más cerca del “norte”, se baila como no se baila en ninguna parte del mundo, ni siquiera en los demás países del Caribe y con una cubanía al máximo, según los propios isleños.

El son, el bolero y la trova son ritmos viejos en Cuba, pero es una música que parece tener su futuro asegurado, según el propio director de la Uneac.

El fuerte sistema de enseñanza artística que se desarrolla en la provincia, consignó el santiaguero, es garantía de la sobrevivencia de estos ritmos autoctónos.

En Santiago de Cuba, los mayores sonean, aman el bolero y la trova y eso se nota; y los más jóvenes también.

Ese es el Santiago que el Papa Benedicto XVI no vio durante su visita el pasado mes de marzo, pero que celebró cuando puso en justa perspectiva la valía de la cultura de la isla antillana.

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