En el estreno de Johnny Ventura el musical, de Antonio Melenciano, se experimentaron fuertes emociones, lágrimas y regocijo. Se oyeron merengues apambichaos, carcajadas, y sobre todo se sintió la candidez de una historia, que no es solo la de una gran estrella, sino la de una familia y la de un pueblo.
Un gran público acudió al Palacio de Belllas Artes, y aunque muchos no lo notaran al principio, el propio Johnny Ventura figuraba entre los presentes. El guión nos sitúa frente a ‘Johnny el abuelo’ (Cristian Soriano) y Juan Josecito, el nieto (Nelson Sánchez) sentados en un cómodo sillón. Allí la legendaria estrella le contará a su nieto, la extensa y peculiar historia de su vida. El libreto era bien entretenido y ambos lograron conectar con el público, especialmente Nelson Sánchez, con su picardía infantil. En un mismo escenario se conjugan dos tiempos: mientras el abuelo empieza a narrar su historia, desfilan ante nuestros ojos cada episodio de su inspiradora biografía.
De la pobreza a la gloria
Nos enteramos entonces del humilde origen de Ventura “un negrito más en una casita pobre”. Cuatro actores interpretarían al “ Caballo Mayor” en las diferentes etapas de su vida (de niño a adulto) incluido el propio Antonio Melenciano. Entran en escena el pequeño Yeremy de Dios, quien hace el papel de Juan de Dios (Johnny) Ventura; su madre Virginia (interpretada por la soprano Pura Tyson); su papá Martín Ventura (Juan Francisco Fermín) y la abuela, Tomasina (Glenmer Pérez), quienes sufrirán los infortunios de la pobreza. Una compañía de jóvenes bailarines y cantantes amenizaría cada acto. Su adolescencia estaría marcada por las carencias y la separación de sus padres, pero también por el deseo de estudiar y convertirse en bachiller. Se resalta el papel de su madre, Virginia, como una mujer luchadora e idealista. Durmiendo en el piso y sin dinero para entrar a la universidad, en una época muy dura para un joven de color, le veremos trabajar desde obrero hasta de fotógrafo. Graduado de bachiller y con estudios de Secretariado Comercial en el Instituto Erciná Chevalier, audiciona por primera vez en el concurso “Buscando una estrella” el 2 de junio de 1956, ganando el primer lugar. “Venturosos” acontecimientos le siguirían: su entrada a la Orquesta San José de Papa Molina, el nacimiento de el Combo Show y muchos otros detalles de su carrera musical. A ritmo de merengue entró en escena Jandy Ventura y la compañía de bailarines, interpretando a su padre con muchos de sus grandes éxitos, como Cañabrava y El pingüino.
“Yo nací con mi no se qué" y tengo mi qué se yo” sonaba uno de los temas. Al finalizar la obra Jandy bajó del escenario a buscar a su padre el gran Johnny Ventura. Una vez subido en tarima Johnny chocó las palmas de todo el elenco y visiblemente emocionado expresó: “Es la primera vez que yo veo mi vida”.
El público estaba sumamente emocionado; presenció cómo Johnny felicitó a Melenciano, le abrazó y este no pudo contener las lágrimas de ver terminada su obra y obtener el reconocimiento de aquél que la inspiró. “¡Bravo Melenciano!”, gritaban desde el palco. Igual de emotivo fue el beso que padre e hijo compartieron entre lágrimas frente a todo el auditorio: “Va a ser una noche inolvidable en mi vida” manifestó Johnny. Al concluir, un tumulto de admiradores le aguardaban.
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