La directora ejecutiva de Contenido Latino de Billboard, Leila Cobo, escribió una biografía de la fenecida Jenni Rivera, en la que presenta un retrato íntimo de la difícil y exitosa vida de la gran señora del género regional mexicano.
Al momento de su muerte, el pasado 9 de diciembre en un accidente aéreo en México, Rivera se encontraba en la cima de la fama: fue la cantante más vendida dentro de su género musical y la única artista latina con sus propios programas de radio y televisión, líneas de maquillaje, ropa y hasta una fundación benéfica.
En la biografía "Jenni Rivera: la increíble vida de una mariposa guerrera", Cobo asegura que "Jenni Rivera no iba a ser cantante. Nunca lo soñó, nunca lo imaginó, nunca lo buscó y por mucho tiempo no lo quiso".
Pero sí tenía una determinación incomparable, un deseo de vivir que se manifestó desde los primeros momentos de su existencia.
"Mi mamá venía embarazada de mí cuando cruzó la frontera -le dijo Rivera a Cobo en una entrevista para Estudio Billboard-. Y lo último que quería era tener un bebé".
La joven pareja había cruzado la frontera sin documentos, sin dinero, y bajo esas circunstancias, un embarazo no planificado complicaba aún más las cosas.
Pero en su mitología propia, Rivera se retrata como un ser determinado a triunfar sobre cualquier obstáculo. "Luché por mantenerme en el vientre de mi mamá porque los deseos eran otros", dijo.
"Desde ese tiempo empieza la lucha de mi vida. Y llegué y me quedé", le dijo la llamada "diva de la Banda" a la escritora.
Partes de esta historia la recoge su canción "Déjame vivir", en la que un niño le ruega a la madre que lo deje nacer porque no sabe las sorpresas y dichas que le pueda traer.
Jenni nació en Culver City, en el lado oeste de Los Ángeles, y fue registrada bajo el nombre de Dolores Janney Rivera Saavedra.
La primera niña entre cuatro hermanos, creció como una princesa, pero también como una guerrera, porque aprendió desde muy niña a defenderse entre hombres.
Según Cobo, sus padres jamás hubieran podido imaginarse que su hija alcanzaría el éxito como lo hizo, "y que lo hubiera hecho una hija de inmigrantes ilegales, mexicanos, pobres y marginados".
A los 15 años quedó embarazada, pero gracias al apoyo de los consejeros de su escuela, no dejó atrás los estudios. La vida de una joven madre nunca es fácil y mucho menos cuando su pareja la maltrata, como fue el caso de Rivera.
Años después de haberse separado, explica el libro, Rivera se enteraría de que también su hija y su hermana habían sido víctimas del abuso de la misma persona, lo que la llevaría a buscar justicia y eventualmente encontrarla.
Sola y con tres hijos a los 22 años, pero con un título universitario y una determinación de acero, Rivera ya había vivido mucho más que la mayoría de las mujeres de su edad. "Pero su carrera apenas tomaba vuelo", escribe Cobo.
Grabó su primer disco en 1993, como regalo a su padre, un álbum de canciones tradicionales que no recibió mucha atención. Luego siguió haciendo uno por año siempre para su padre, "porque simplemente quería hacerlo y porque la hacía feliz".
Su carrera tomó impulso cuando comenzó a componer corridos sobre el narcotráfico que, aunque no era su experiencia personal, sonaban reales a su público.
Para comienzos de la década pasada, ya era toda una estrella, viajando, grabando y fomentando una relación muy estrecha con sus seguidores.
De principio a fin, Cobo relata la historia de Rivera con el afecto de alguien que la conoció y tuvo acceso a muchos datos mediante entrevistas y reportajes a lo largo de su carrera.
En la pluma de Cobo, la vida de Rivera es una historia conmovedora que cautiva a través de los detalles de una vida tan conocida, tan observada y tan documentada, como la de una estrella con su propio "reality".
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