Hace 15 años falleció el salsero puertorriqueño Frankie Ruiz y varios de sus allegados lo recuerdan como uno de los propulsores de la salsa erótica que lo impulsó hasta el estrellato.
El reconocido pianista Willie Sotelo fue el director musical de la orquesta de Ruiz desde 1985 a 1995 y, en entrevista con Efe, recordó al salsero como "un tipo de buen corazón, chévere, con sus problemas (con el alcohol y drogas), que todo el mundo conoce, y bastante humilde".
Sotelo resaltó el tono de voz con el que se distinguió el llamado "Papá de la salsa" o "El tártaro de la salsa".
"Frankie pegó a nivel mundial. Fuimos a presentarnos a Europa y Latinoamérica. Él tenía una acogida fenomenal y no solo de mujeres, sino también de hombres. Fue un ídolo entre los salseros", resaltó Sotelo, miembro activo de El Gran Combo de Puerto Rico.
Por su parte, el periodista e historiador Hiram Guadalupe destacó a Ruiz porque "tenía una voz dulce, afinada y fue de los primeros salseros nuestros en lanzarse como solista" y en el que despuntó al estrellato a mediados de la década del 1980.
Guadalupe resaltó además que, durante ese tiempo, en otros cantantes que también decidieron lanzar sus carreras en solitario y dedicarse a interpretar temas románticos o eróticos estuvieron Eddie Santiago, Lalo Rodríguez, Tony Vega, Gilberto Santa Rosa y Tito Nieves.
"Fue el que más énfasis le dio al tema de la salsa erótica y tuvo un arraigo en la población femenina monumental. Tite Curet lo ayudó mucho y le tuvo mucho cariño personal a Frankie", añadió.
José Antonio Ruiz Negrón, nombre verdadero de Ruiz, comenzó a adentrarse en la música con músicos que se reunían en las calles de Nueva York, pero no inició formalmente su carrera hasta que se unió a Charlie López y la Orquesta Nueva, con quien grabó sus primeras canciones en 1971, "Salsa buena" y "Borinquen".
Según cuenta el periodista e historiador puertorriqueño Jaime Torres Torres en el libro de Guadalupe, "La historia de la salsa", la primera oportunidad profesional que tuvo Ruiz fue a sus 9 años cuando se presentó con Johnny Albino en el club Montecarlo de Nueva Jersey.
En 1974, Ruiz, su madre y hermanos se mudaron a Puerto Rico, estableciéndose en la residencia de su abuela en el barrio Balboa de Mayag ez, ciudad al oeste de la isla caribeña.
Cuatro años más tarde y luego de abandonar la escuela, Ruiz ingresó a la agrupación La Solución, donde permaneció por tres años.
Con esa orquesta, grabó varios discos, entre ellos, el segundo que lleva el nombre homónimo de la agrupación y en el que se incluyó el éxito "La rueda".
Sin embargo, la vida de Ruiz cambió totalmente cuando en 1980 falleció su madre, lo que llevó al cantante a consumir drogas, que, junto con el alcohol, le llevó a la muerte años más tarde.
En 1981, Ruiz se integró a la orquesta del fenecido Tommy Olivencia, sustituyendo a Gilberto Santa Rosa y grabando los discos "Un triángulo de triunfo", "Tommy Olivencia" y "Celebrando otro aniversario".
No obstante, en 1985, Ruiz y la casa disquera TH lanzaron el álbum "Solista, pero no solo", el cual incluyó grandes temas de la carrera del salsero como "La cura", "Tú con él", "Esta cobardía", "Como le gustan a usted", "El camionero" y "Ahora me toca a mí".
En 1987, Ruiz y su orquesta publicaron su segunda producción, "Voy pa encima", que incluyeron canciones como "Desnúdate, mujer" y "Mujeres", lo que lo llevaron a ganarse el premio de Artista del Año por la revista Billboard.
Un año más tarde Ruiz lanzó el álbum "En vivo... y a todo color", disco en el que, para muchos críticos, comenzó a proyectar el escenario de desorden y desconcierto que albergaba la vida del artista por el uso de drogas y desengaños amorosos.
Ruiz también cumplió cuatro años de prisión en Tallahassee (Florida) luego de ser acusado de piratería aérea debido a un altercado que protagonizó junto a una asistente de vuelo, quien lo sorprendió consumiendo narcóticos.
En agosto de 1998, el salsero fallecía en su ciudad natal, Nueva Jersey, con apenas 40 años y derrotado por las drogas y el alcohol, aunque dejó un legado que 15 años después todavía se recuerda y disfruta.
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