• Los Globos previsibles: Jennifer Lawrence por American Hustle, los dobletes de Breaking Bad (serie dramática y actor en drama) y Behind the Candelabra.
• La sorpresa: Jacqueline Bisset, Mejor Actriz de Reparto en serie, miniserie o película para TV por Dancing on the Edge, y Elisabeth Moss, Mejor Actriz en serie, miniserie o película para TV por Top of the Lake.
• La teórica sorpresa: 12 Years a Slave, Mejor Película Dramática, por encima de Gravity.
• El mejor discurso: Leonardo DiCaprio, elegante, agradecido y con clase.
• El peor discurso: Jacqueline Bisset, sin saber qué decir durante segundos.
• Lo más irritante: los largos paseos hasta el escenario de algunos de los ganadores, que tardaron casi un minuto en llegar.
• El ‘twit’ de la noche: Mia Farrow, enemistada con su expareja, Woody Allen, cuando Diane Keaton subió al escenario para recibir el galardón honorífico Cecil B. DeMille a una carrera. Farrow twiteó: “buenas noches a todos”, como despedida.
• El plano imposible: ¿enseñó Robin Wright parte de su pecho derecho al recoger el premio a la Mejor Actriz Dramática por House of Cards?
• Bocas a lavar con jabón: Diane Keaton y Jacqueline Bisset, cuyas voces fueron apagadas en diversos momentos para evitar la furia de la censura televisiva.
• La decepción: las presentadoras, Tina Fey y Amy Poehler, que redujeron considerablemente su efectividad cómica, demostrada el año pasado. El año que viene tendrán otra ocasión para demostrar
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