Los restos de Pablo Neruda fueron sepultados este martes frente al océano que baña el jardín de su casa de Isla Negra, en la costa central chilena, tres años después de la exhumación con la que se pretendía esclarecer si el poeta había sido asesinado durante la dictadura de Augusto Pinochet.
El cuerpo del autor de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" fue recibido a primera hora de este martes por una treintena de sus familiares, que le dieron de nuevo la bienvenida a su célebre residencia, un espacio privilegiado frente al Pacífico.
El féretro, cubierto con una bandera chilena y un ramo de rosas blancas, desfiló por delante de la viga que el poeta un día talló con un mensaje de bienvenida premonitorio: "Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría".
Los primeros rayos de luz se desparramaron sobre el ataúd de madera que este gélido martes invernal fue enterrado en la parte baja del jardín de la casa, una terraza inclinada que mira hacia el litoral donde también está sepultada su tercera mujer, Matilde Urrutia.
"Para nosotros esto no es un funeral. Volver aquí, a Isla Negra, frente al mar, no es morir, sino volver a vivir", dijo a Efe el presidente de la Fundación Neruda, Raúl Bulnes.
Al mediodía, frente a tres centenares de espectadores, una orquesta juvenil rindió homenaje al autor de algunos de los versos de amor más conocidos del mundo.
"Ahora Neruda está con nosotros, vuelve a mirar las olas del mar y a abrazar a su querida Matilde", dijo el escritor Fernando Quilodrán durante su discurso.
El primer entierro del poeta en Santiago, un gris 25 de septiembre de 1973, se convirtió en uno de los primeros actos políticos contra la dictadura. En ese entonces aquellos que lo acompañaban rompieron el tupido silencio con una sentida y espontánea "Internacional".
Este martes, bajo un sol radiante, un cielo libre de nubes y en plena democracia, el espíritu combativo del poeta seguía presente entre las decenas de militantes del Partido Comunista que lo despidieron al grito de "Compañero Pablo Neruda. ¡Presente!, ¡Ahora y siempre!".
El estruendo del mar al sucumbir en las grietas del roquedal y el aleteo de algunas gaviotas a lo largo de la orilla completaron la ceremonia que concluyó con la interpretación de "Gracias a la vida" de Violeta Parra.
El Océano Pacífico, tan presente en sus versos, lo recibió este martes justo cuando está a punto de finalizar la investigación que busca esclarecer las circunstancias de su muerte.
Laboratorios de Canadá y Dinamarca analizan el ADN de la bacteria "estafilococo dorado", un microorganismo resistente a la penicilina hallado en la osamenta de Neruda, para determinar si este se encontraba en el cuerpo del poeta antes de su ingreso en el hospital.
La pregunta podría ser respondida en los próximos meses, sin embargo, fuentes vinculadas a la investigación aseguraron hoy a Efe que será "prácticamente imposible" determinar quién y cómo puso la bacteria en el cuerpo de Neruda.
Rodolfo Reyes, uno de los sobrinos del poeta, dijo hoy a Efe que una tercera persona "podría haber inoculado la bacteria a Neruda y, con ello, acelerado su muerte en la Clínica Santa María de Santiago", un hospital intervenido por los militares.
Según el certificado de defunción oficial, el prolífico escritor murió el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet, a causa del cáncer próstata que padecía.
Sin embargo, Matilde Urrutia, su chófer, Manuel Araya y otras personalidades que lo visitaron horas antes de su fallecimiento aseguraron que el poeta se encontraba bien y que la muerte le sobrevino de una forma repentina.
"Puede que sea una muerte directa o indirecta, ambas constituyen un crimen de la dictadura. Lo que sí se puede decir con certeza es que a Neruda lo mató el fascismo", aseguró Bulnes en declaraciones a Efe.
El poeta llevaba marcada a fuego la tragedia de la Guerra Civil Española y el conocimiento del golpe de Estado en Chile fue el inicio de una agonía tanto física como emocional. Momentos antes de su muerte, después de conocer el asesinato del cantautor Víctor Jara, dicen que Neruda entró en crisis, se empezó a golpear y gritó: "¡Los están fusilando!".
Ante las sospechas de asesinato, y por petición del Partido Comunista de Chile, el 8 de abril de 2013 el cuerpo del también senador de la República de Chile fue exhumado de su tumba para ser investigado.
Este martes, sin una claridad total sobre las causas de su muerte, Neruda regresó finalmente a Isla Negra, cerca de los peregrinos de sus versos, al lado de su querida Matilde Urrutia.
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