Willie Morales está en boca de todos.
estos días al hacerse viral un vídeo del vuelo 301 de la línea aérea Spirit de Fort Lauderdale a San Juan la semana pasada, en el que Morales recibe a los pasajeros al son de su salsa. Su historia ha recorrido medios de Sudamérica y Europa por igual.
“Fue una emoción. Sentí como que los cautivé, todo el mundo se me quedó mirando, como que no creían lo que estaba pasando”, expresó ayer el primer oficial del vuelo al recordar la reacción de los pasajeros. “Tú sabes que cuando los boricuas entran (a la cabina), lo que hay es una algarabía, todo el mundo hablando, y cuando el capitán sale a hablar pues más o menos están escuchando, y cuando yo dije ‘¡boricua!’, pues fue como que ‘espérate’. Y de ahí pa’ lante se envolvieron”.
Para Morales, radicado en Houston, Texas, donde está su núcleo familiar inmediato, lo que pasó en el vídeo es reflejo de su amor por su patria y su gente.
“Lo hice porque es algo que quería hacer hacía mucho tiempo. Llevo 14 años aquí en Houston y extraño la Isla como tú no te puedes imaginar hermano. Estoy aquí por las razones, tú sabes, mis hijos, mis nietos...”, dijo vía telefónica desde su casa con evidente emoción en su voz.
“Yo no esperaba que esto se fuera viral”, repetía cándidamente, pero evidentemente feliz.
Hace tres años que Morales, un piloto con más de 14 años de experiencia, le mete a la salsa. Ese mismo tiempo, más o menos, lleva trabajando en su disco. “Estuve en un grupo aquí, pero no estuve mucho tiempo porque volar me quita mucho tiempo”. Del grupo salió porque su agenda como piloto le dificultaba cumplir los compromisos.
“Es un sueño que quería realizar, pero esto ha crecido de una manera que jamás me iba a imaginar, lo que es bueno y me alegro mucho”, sostuvo con un dejo de recelo porque aun no descifra “cómo voy a poder bregar” con su sueño salsero y sus responsabilidades en el aire.
Su anhelado primer disco, Desafiando la gravedad, salió en junio y está disponible en todas las plataformas virtuales, así como en formato CD que distribuye él mismo a través de PayPal (y que llega autografiado).
Al final del vuelo, a Willie le tocó despedir los pasajeros a la salida de la cabina. “Fue una gran emoción porque allí todo el mundo me dio la mano, no sé cuántas fotos me tiré con los pasajeros, todo el mundo echándome la bendición. La verdad es que todo lo que he recibido es muy lindo. He recibido sobre mil mensajes y siguen llegando, y según pueda voy a contestarle a cada uno de esos corazones que he tocado, de boricuas que han tenido que estar viviendo en tierra ajena y no poder estar en su patria”.
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