Primero fue Tito “el Bambino”. Si no sabe cuál reguetonero es ese, es el que grita constantemente “Dios los bendigaaa” en sus canciones después de entonar una frase como “ Dale, baby, no pares, seguir bailando es la clave”.
Efraín Fines Nevárez, nombre de pila del artista, fue acusado por los padres de un menor de 16 años de agredirlo físicamente frente a un negocio en Carolina. Sus seguidores quedaron sorprendidos por las acusaciones, pero más sorprendentes fueron las reacciones del cantante.
“Primero, va a tener que pelear con la creación divina que me va a respaldar”, dijo.
¿Que qué? Eso mismo: “Pelea con la creación divina”. La pregunta es: ¿Con toda o solo una parte? Bueno, que él explique después.
Todavía caliente este bochinche, y sale otro de que tirotearon a Yomo. José Toro Abreu, su nombre de pila, que es conocido en el ambiente más por sus escándalos que por algún éxito musical, comentó tras su detención que “todos somos de Dios. Estamos aquí”.
La lluvia (la de agua, no necesariamente la de balas) es cosa mala porque hasta para hablar se les cruzan las oraciones a estos muchachos. Sin embargo, en este caso, parece que la oración (la divina) sí le funcionó y Yomo no enfrentará cargos, y podrá seguir cosechando éxitos en su extraordinaria carrera como reguetonero, o algo así.
Por último, el cantante Mexicano. Ese que en todas sus entrevistas está claro de lo que está diciendo, se escapó del Hogar Crea de Arecibo, donde cumplía una sentencia por violencia doméstica. ¿En serio? ¿Mexicano? ¿En serio? Es que no aprende.
Mexicano sí que ha tenido problemas con la ley desde antes de comenzar su carrera como exponente del género. ¿Recuerdan la entrevista televisiva en la que insistió en que la droga estaba “al lao de allá”, del vehículo en el que andaba cuando fue arrestado? Épico.
Nada, que esperamos que las aguas lleguen a su nivel y los artistas urbanos vuelvan a ser noticia por su música y sus logros, y no por los escándalos, como cuando el género era under.
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