Músico, político, actor, activista… Rubén Blades no pierde ocasión para desarrollar sus diferentes facetas. En su última aventura televisiva le veremos en el papel de padre familia que trata de proteger a los suyos del apocalipsis zoombie que es la nueva temporada de Fear The Walking Dead (domingos 9 p.m. en AMC desde el 10 de abril).
“A mí me interesa siempre experimentar y hacer cosas distintas”, explica Blades en entrevista con este diario. “El cine me ha dado la oportunidad de hacer algo que me saca de la zona de comodidad en que uno se encuentra después de una carrera larga en un solo género, en la música. El cine me produce satisfacción y curiosidad”.
¿Pero qué hace Rubén Blades en una serie de televisión de zoombies? El artista panameño se sintió “intrigado” por la oferta.
“La pregunta que plantea esta serie que para algunos podrá parecer ridícula es en realidad muy muy importante”, asegura. “¿Cómo reaccionaría la Humanidad si de pronto se produce un desplome total de todas las estructuras que la sostienen? Religión, orden, ley… ¿Qué haríamos si todo se cae?, ¿habría solidaridad, habría odio?, ¿privaría el interés personal incluso sobre el interés familiar? Todas estas preguntas se discuten en una serie que aparentemente sólo es de zoombies o de muertos infectados”.
Inmediatamente Blades lleva la conversación a la actualidad.
“El desplome de la sociedad que se plantea en Fear the Walking Dead está ocurriendo en Siria desde hace dos años, en Sudán desde hace más de dos años… la cuestión de la política no es solamente la sorpresa que ha causado originalmente la transformación de un candidato risible a un candidato serio como ocurrió en el caso del señor Trump. En Guatemala recientemente fue escogido un comediante como presidente. Hay cambios que se están dando y la gente no está poniendo atención”, comenta.
La situación política en Estados Unidos “no tiene paralelo” para Blades.
“Tú tienes un socialista corriendo seriamente para presidente. ¡Un socialista! En un país que hace 60 años botaba a cualquier persona solamente por lo que se consideraba una simpatía hacia el comunismo, o hacia el socialismo, hacia la izquierda…”, se sorprende. “Tienes un presidente de Estados Unidos que se aparece en Cuba, esa vaina…”.
La irrupción de Donald Trump es para el músico un signo claro de la situación en la que está el país.
“Yo creo que todas las cosas ocurren por una razón”, explica. “Ya es hora de que caminemos de una manera honesta lo que somos y cuáles son las direcciones que queremos asumir. Lo que se está ahora mismo exhibiendo a través de esa figura es qué clase de país es éste”.
Ese país del que Blades es residente, pero no ciudadano, discrimina a los latinos, según el artista, pero no por una cuestión racial.
“Esa discusión de discriminación racial es la que tienen los norteamericanos entre ellos”, asegura, haciendo referencia a la polémica sobre la ausencia de actores negros en los últimos Premios Oscar. “En esa discusión no nos incluyen a nosotros. Por una simple y sencilla razón que mucha gente soslaya: los latinos no somos una raza”.
“Entonces, ¿cuál es la discriminación hacia nosotros? ¡Es cultural, no es racial! Y mientras eso no se entienda, mientras eso no forme parte de la discusión, nosotros vamos a seguir excluidos. Nosotros para ellos somos alienígenas, de otro mundo”, exclama.
“Jennifer López no es latina. Jennifer López es de Nueva York”
“La discriminación existe, continúa, y eso nos pasa a todos los que tenemos un acento, somos percibidos como individuos que vienen de otro lugar”, añade.
“Y eso ocurre incluso con personas que han nacido en Estados Unidos. Por ejemplo, hablar de que Jennifer López es latina es absurdo. Jennifer López no es latina, Jennifer López es de Nueva York. Ellos le ponen esa cuestión latina como si Jennifer viniera de otro país. Pero cuando hablan de sus propios actores ellos no agregan esos adjetivos. Nadie habla de Robert de Niro el actor italiano-americano, nadie habla de Dustin Hoffman el actor judío-americano… ah, pero cuando hablan de Marc Anthony o Jennifer López entonces dicen ‘latinos’. Y ese adjetivo nos lo ubican inmediatamente para separarnos de los demás, y ahí es donde está el problema”.
“Es un discrimen cultural que es nacido de la profunda ignorancia que mucha gente tiene en Estados Unidos sobre el resto del mundo”, sentencia.
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